Por Juan María Ramírez/Emilio Guzmán M.

A medida que eran removidos los escombros aparecían cadáveres, en su mayoría irreconocibles, debido a que fueron calcinados en la tragedia provocada por el incendio en una plaza comercial en San Cristóbal.

Hasta la media tarde de ayer ya eran 27 según el Centro de Operaciones de Emergencia (COE), que todavía desconoce las causas del siniestro.

Pero otros creían que con el correr de las horas más cuerpos podrían surgir en la zona cero. Anoche, brigadas de la Defensa Civil sacaron un cadáver debajo de los escombros, pero las autoridades aseguraron que está contabilizado entre los 27 fallecidos.

Además de los 11 que habían sido recuperados, ayer 16 cadáveres fueron hallados, gracias al trabajo de las brigadas de la Defensa Civil, del Ejército y otros organismos que conforman el COE.

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El director de la entidad, Juan Manuel Méndez García, dijo que ya no hay desaparecidos, pero la familia de Francis Julián Mateo Encarnación aún buscan al joven de 19 años, empleado de una veterinaria.

Otro extraviado era José Vicente, quien vivía en Madre Vieja, y ese día en una veterinaria compraba alimento para un perro.

María Vicente expresó poca esperanza de encontrar vivo a su tío, ya que el vehículo en el que andaba fue hallado destruido frente al establecimiento. Confía en que las autoridades encuentren el cuerpo de José, de 50 años.

Entrega de cadáveres

En cuanto a la entrega de los cadáveres, el funcionario expuso que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses entregará en menos de 24 horas a los ya identificados. Mas, alertó que los irreconocibles demorarán unos días, porque implica hacerles pruebas de ADN y a sus parientes.

Salud Pública dispuso un hospital móvil para dar asistencia sicológica a los familiares de las víctimas, el personal que de forma directa o indirecta estuvo involucrado en el siniestro, incluido los que ayudan a los afectados y a los vecinos del área.

La Unidad Canina

Para el rescate fue fundamental la labor de la unidad canina de la Defensa Civil, compuesta por dos perros entrenados. Preciso uno marcó de repente el lugar donde percibió la presencia de una persona sin vida, minutos después la brigada de rescate excavó y lo encontraron.

Pero la tarea no se detuvo ahí y continuaron las labores en el perímetro acordonado por las autoridades encontrando otros cuerpos, los que luego eran cubiertos por una lona para evitar ser grabados por los medios de comunicación y curiosos.

Héroes anónimos

Las labores de los miembros de los organismos de primera respuesta fueron intensas a pesar del agotamiento que reflejaban algunos, como tres de los cuerpos de bomberos de Hato Mayor y Consuelo.

José Luis Pierré, Alex Reyes y Emmanuel, se tiraron en la acera Este de la avenida Constitución, próximo al desastre para descansar algunos minutos y volver al área de fuego.

Vinieron de Hato Mayor el martes en la mañana, pero todavía en la tarde de ayer estaban respaldando a sus hermanos bomberos de San Cristóbal, a quienes no abandonarían hasta ver sofocado el siniestro.

Pierré expresó que el deseo de salvar vida es su principal motivación para continuar su labor, y que ya antes habían estado en San Pedro de Macorís, donde sofocaron el incendio de Almacenes Iberia, pero también en Punta Cana y hasta en el Vertedero de Duquesa, en Santo Domingo Norte.

Carlos Alberto Mora, técnico del Departamento de Operaciones de la Defensa Civil, define como escalofriantes las escenas que vivió durante los tres días de labores ininterrumpidas.

A pesar de la vasta experiencia en eventos de emergencia, como el terremoto de Haití, en 2010, luego en el incendio de Polyplas, en Villas Agrícolas, se conmovió el martes cuando observó bajo sus pies el cuerpo calcinado de una persona.

“Sentí un gran temor cuando una máquina removía escombros y observaron un cuerpo totalmente quemado, y pensar que así debían estar otros, la desesperación de las familias; como sabrá nosotros también tenemos familia que nos espera”, expuso.

Ronny Paulino, quien dirigió la unidad canina de la Defensa Civil, resalta la labor de los perros en la búsqueda de personas fallecidas, debido a que fueron entrenados para eso.

Delfín Rodríguez, director de Operaciones de la Defensa Civil, destacó la labor de los hombres y mujeres bajo su mando.

Señaló que desde el mismo momento de la explosión trabajaron sin descanso, ya que primero piensan en la desesperación de los familiares con parientes desaparecidos.