ADVANCE FOR USE SUNDAY, AUG. 11, 2013 AND THEREAFTER - FILE - This Jan. 13, 2005 aerial file photo shows Los Pajaritos petrochemical complex that belongs to Mexico's state-owned oil company Petroleos Mexicanos (Pemex) in Coatzacoalcos in the state of Veracruz, Mexico. President Enrique Pena Nietos proposal to revamp energy policy and modernize Pemex, expected to be unveiled in August 2013, is igniting an enormous political fight, not just for the oil industry but for the entire country. (AP Photo/Dario Lopez-Mills, File)
El mercado mexicano de combustibles permanecerá abierto a las refinadoras estadounidenses bajo el gobierno de AMLO.
Probablemente sean exageradas las preocupaciones de que el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, frenará una incipiente reforma del mercado de la energía.
México ha sido un punto de enfoque para las exportaciones de combustible de EE.UU. y es poco probable que se construyan las dos refinerías planeadas que hubieran dañado tales envíos.
La construcción de refinerías de Pemex es improbable.
La liberalización del mercado energético mexicano ofrece oportunidades para las refinadoras estadounidenses, pese a la retórica del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El proceso para poner fin al monopolio de Pemex está completo en su gran mayoría y ya ha ayudado a atraer cuantiosa inversión extranjera. Es poco probable que se concreten los planes para construir dos nuevas refinerías, dado que Pemex no puede costearlas por sí misma y es improbable que sus retornos atraigan capital externo.
Mejorar la confiabilidad en las refinerías existentes viene con sus propios desafíos, tales como el exceso de personal, la falta de inversión y la tecnología obsoleta que no puede competir a nivel mundial, y mucho menos contra las refinerías de la costa del Golfo.
El presionado balance de Pemex restringió los pagos de dividendos al gobierno mexicano durante los últimos años, mientras que el país ha inyectado $7.700 millones desde 2015.
Las importaciones aumentan mientras las refinerías mexicanas luchan
Durante años, las refinerías de Pemex han tenido dificultades para competir en un mercado global saturado, lo que ha dado cabida a las importaciones de combustible en México, en particular desde la costa estadounidense del Golfo.
Los altos costos operacionales, la disminución de la producción de crudo mexicano y los problemas de mantenimiento redujeron la utilización de un 82% en 2014 a un 55% en 2017.
Es poco probable que la utilización se recupere sin inversiones significativas en confiabilidad. Las importaciones de gasolina han aumentado un 12% anual desde 2014 y EE.UU. ha expandido su participación en los envíos a más del 80% en los últimos dos años.
Pemex está buscando socios para revitalizar y operar sus refinerías mexicanas. La refinación experimenta un exceso de suministro a nivel mundial, lo que hace improbable que exista interés en la capacidad marginal de México. Las refinadoras estadounidenses han mencionado la resistencia sindical, el mantenimiento deficiente y las incertidumbres regulatorias como razones para mantenerse alejadas.
Las principales compañías petroleras han convertido a México en una región clave de expansión para la distribución mayorista y minorista de combustible. Exxon Mobil, BP, Royal Dutch Shell y Marathon Petroleum abrieron estaciones de combustible en el norte de México, la primera región en terminar con el monopolio de Pemex y desregular los precios de los combustibles. El mercado mexicano de los combustibles registraba un crecimiento anual del 1,4% antes de la reforma, impulsado por los precios de la gasolina controlados por el gobierno y una economía en aceleración.
Los precios del mercado disminuyeron la demanda de combustible, pero existe capacidad de expansión con solo un automóvil por cada cuatro personas en México.
Consumo gasolina
El consumo per cápita de gasolina en México equivale al 22% de la demanda en EE.UU., pero es un 70% mayor que el de Brasil. El mercado minorista de combustible de México está desatendido y requiere importantes mejoras en logística e infraestructura. El promedio de estaciones de servicio per cápita es el más bajo entre los países de América Latina, y la mayoría de las estaciones de servicio carecen de tiendas de conveniencia. Es probable que la competencia reduzca el margen de venta minorista de combustible por encima del costo del capital,