Sao Paulo.- Brasil cerró en el primer trimestre del año con un déficit fiscal primario de 5.771 millones de reales (unos 1.650 millones de dólares), equivalentes al 0,39 % del producto interior bruto (PIB), informó hoy el Banco Central.
Este resultado contrasta fuertemente con el obtenido en el mismo período del año anterior, cuando las cuentas públicas anotaron un superávit fiscal de 19.003 millones de reales (5.434 millones de dólares). El déficit fiscal primario (diferencia entre ingresos y gastos públicos antes del pago de los intereses de la deuda) fue fruto de un enero positivo, con un superávit de 27.913 millones de reales (7.981 millones de dólares), el primero después de una racha de ocho meses en negativo, al que le sucedieron dos meses en números rojos. Febrero concluyó un déficit de 23.040 millones de reales (6.588 millones de dólares), mientras que marzo anotó un resultado deficitario de 10.644 millones de reales (unos 3.043 millones de dólares).
En ambos meses Brasil obtuvo su peor valor para el periodo desde que se inició la serie histórica de medición en 2001. En la comparativa de los últimos doce meses, el déficit primario se situó en los 136.000 millones de reales (38.890 millones de dólares), equivalentes al 2,28 % del PIB y 0,18 puntos porcentuales por encima de la cifra de febrero.
El déficit nominal, que incluye el pago de intereses de deuda, ascendió en el primer trimestre a 91.128 millones de reales (26.058 millones de dólares), después de haber sumado a su acumulado anual los 9.995 millones de dólares (2.858 millones de dólares) de marzo. Con todo, el balance nominal del tercer mes fue significativamente inferior al déficit de 28.305 millones de reales (8.107 millones de dólares) de enero y a los 52.827 millones de reales (15.106 millones de dólares) de febrero.
Los datos del Banco Central confirman la debilitada salud de las cuentas públicas de Brasil, cuya economía se encuentra en recesión y cuya agenda política está copada por la crisis que amenaza con abrir un juicio político para destituir a la presidenta, Dilma Rousseff. Un escenario que ha enquistado la incertidumbre y que ha congelado buena parte de las medidas de ajuste fiscal lanzadas por el Ejecutivo para paliar el déficit, que ha seguido aumentando.
De hecho, la proyección del Gobierno era terminar 2016 con un superávit primario equivalente al 0,5 % del PIB, pero el pasado mes el ministro de Hacienda, Nelson Barbosa, anunció una nueva propuesta que altera esta meta y la convierte en deficitaria, hasta el 1,5 % del PIB.