La Comisión Europea lanzó ayer sus ideas para un Mecanismo de Estabilización de la Inversión y un Programa para ayuda a las reformas. El primero, una herramienta con una carga de hasta 30.000 millones de euros para ayudar cuando un país sufra un shock asimétrico.
La crisis desatada en 2007 mostró que cuando un país se ve asfixiado (por el déficit, el coste de financiación, la huida de inversores) lo primero que hace es recortar la inversión, una medida cíclica que tiene impacto inmediato en el PIB y en el empleo.
Para ello, Bruselas propone un mecanismo de préstamos a muy bajo tipo de interés, y sin memorandos de entendimiento, que ayude a sostener las inversiones en los momentos más bajos. El Programa de Ayuda a las Reformas, con un presupuesto conjunto de 25.000 millones de euros, consta de tres patas. La primera, una herramienta para la realización de las propias reformas, que da apoyo financiero y dispone de hasta 22.000 millones.
Luego, un instrumento de apoyo técnico, con el que ofrece la experiencia de sus técnicos, dotado con 840 millones. Y el tercero, un instrumento de convergencia para ayudar a los países que todavía no forman parte de la moneda única, pero que están interesados, con 2.160 millones de euros.
“El objetivo de la la Unión Económica y Monetaria es ante todo mejorar las vidas de todos los europeos. Mientras miramos hacia nuestro futuro y celebramos el 20 aniversario del euro, debemos equipar a la UE con las herramientas necesarias para ofrecer más prosperidad y modernidad. La Comisión está poniendo el presupuesto de la UE a trabajar para aumentar el rendimiento, la capacidad de respuesta de todos los Estados miembros. El euro es la moneda de nuestra Unión: una Eurozona fuerte y estable es clave para sus miembros y para la UE en su conjunto», dijo el presidente Jean-Claude Juncker.
Bruselas sabe que 30.000 millones, ante un shock asimétrico de un país grande, no son nada. Y menos si se pone un tope máximo del 30% para que un país reciba del total de capacidad de préstamo. «Para minimizar los riesgos de riesgo moral, los Estados deberán cumplir estrictos criterios de elegibilidad basados en políticas financieras y macroeconómicas sólidas. Los préstamos brindarán apoyo financiero adicional en un momento en que las finanzas públicas se alargan y deberían estar orientadas a mantener inversiones públicas favorables al crecimiento.