Seis periódicos y dos importantes revistas dejaron de circular de 1999 al 2004, cuatro de ellos el año pasado, en una de las más acentuadas crisis financieras de la historia de la prensa dominicana, la que a su vez impone restricciones a los medios de comunicación que todavía operan.
El cierre de esos diarios fue razones económicas o conflicto financiero de las empresas propietarias, como sucedió con los del grupo Intercontinental, involucrado en un supuesto fraude millonario en el Banco Intercontinental (BANINTER) por el que fueron intervenidos y, posteriormente clausurados por el gobierno, los periódicos Ultima Hora, El Financiero y El Expreso.
Los problemas que surgieron en esos rotativos modificaron la política de los diarios e impulsaron reajustes internos, reducción de nóminas y crearon incertidumbre en el personal de otras empresas periodísticas.
La crisis económica que afecta al país desde mediados de 2002 agudizó los problemas financieros de los medios cerrados, al igual que en los que siguen operando, por la reducción del ingreso por publicidad, mientras que el alza en la prima del dólar aumentó los costos de los insumos que se utilizan para la elaboración de los periódicos.
Los diarios que cerraron en los últimos cinco años fueron La Noticia, que se publicó desde 1973 hasta 1999, La Nación (1997-2000), El Siglo (1989-2001), El Financiero (enero-mayo 2003), Ultima Hora (1970-2003), Rumbo (1994-2003), El Expreso (2001-2003) y (Ahora! (1962-2004)
Algunas opiniones
El periodista Rafael Molina Morillo, ex director de la revista (Ahora! y el columnista de El Nacional, Juan José Ayuso, así como Miguel Franjul, ex director del Listín Diario, coinciden en que el cierre de esos diarios es un duro golpe a la sociedad y al desarrollo de la Nación.
Coinciden también en que por razones financieras, además de ser insostenibles, era inminente la desaparición de esos medios.
Para Molina Morillo, quien es director del matutino El Día, de circulación gratuita, la desaparición de un medio de comunicación, cualquiera que sea, representa un duro golpe para la sociedad, la que se ve privada de una opción para estar informada y tomar decisiones.
Señala que el cierre, en los últimos meses, de por lo menos cuatro órganos de prensa, se ha debido a razones económicas y financieras.
El vacío que dejan El Financiero, Ultima Hora, Rumbo y El Expreso -apunta- difícilmente podrá ser llenado, porque cada uno tenía su propia identidad, su mercado de lectores, su personalidad y su línea editorial bien definida.
A su entender, la democracia y la libertad han perdido valiosos aliados, porque la sociedad queda privada de importantes fuentes informativas y de opinión, lo que es un retroceso en la vida institucional.
En tanto, Ayuso considera que entre los medios impresos que han cerrado en los últimos cuatro años había propuestas periodísticas de muy buena calidad profesional, como El Siglo, El Financiero y Rumbo.
Argumenta que la propuesta de El Siglo varió con su cambio de dueño y directores, lo que determinó que tomara y precipitara el camino de su desaparición.
El Financiero tuvo la mala fortuna -indica- de que fue parte de un proyecto bancario que se fue a >pique=, lo mismo que Rumbo, y agrega que las causas de la clausura de esos medios no fue profesional ni de mercado, sino de conflicto financiero de personas o entidades propietarias.
En relación a los medios que circulan en la actualidad, dijo que no parecen amenazados por problemas de ese tipo aunque sí, algunos, por conflictos de mercado, asuntos de oferta y demanda. Ayuso, quien fue fundador de El Nacional en 1966, relata que la fortaleza que se le siente al pionero de la distribución gratuita, Diario Libre -como propuesta, en su calidad profesional y por la penetración que garantizaría su circulación- es una señal esperanzadora para la actividad.
Sostiene que lo que ha pasado es que los grandes grupos económicos y financieros, en ocasiones sin buenos estudios de factibilidad, se lanzan a la fundación y publicación de los medios y tropiezan con el desbalance de la demanda, los costos, la circulación y la venta de anuncios.
De su lado, Franjul aclara que si bien es cierto que surgieron nuevos medios, tras el cierre de El Siglo y La Nación, los gratuitos y El Financiero, así como la reapertura de (Ahora!, no es menos cierto que ya se registraban señales, en el país y en todo el mundo, de que una combinación de altos costos y de atomización del pastel publicitario, atentarían contra la supervivencia de ellos.
Explica que El Financiero, Ultima Hora y El Expreso fueron cerrados por la imposibilidad del gobierno de generar confianza y credibilidad en el manejo de esos diarios, que sí se encontraban en una posición de ingresos publicitarios y de circulación bastante óptima y envidiable en el momento en que fueron intervenidos.
Los factores de crisis no han desaparecido -asegura- y, por el contrario, persisten amenazas sobre los medios que siguen saliendo, ya que la tonelada de papel registró un aumento de 50 dólares en noviembre pasado, entre otros factores.
Agrega que los elevados costos, con una reducción de la publicidad en volumen y en valor, en medio de esta crisis económica, son potenciales enemigos de la supervivencia de medios no sólo escritos, sino radiales y televisivos.
La Noticia
El vespertino La Noticia salió a la luz pública el 11 de junio de 1973, cuando existía en la nación una situación de intolerancia política que impedía a diversos sectores manifestarse para reclamar sus derechos.
Ese periódico enfrentó diferentes problemas. Un episodio de gran impacto fue la pérdida del periodista Marcelino Vega, cuando cubría una protesta social en 1981, dispersada por la Policía con tiros y bombas lacrimógenas, alcanzándole uno de los tiros en el corazón.
Los primeros directores de La Noticia fueron Radhamés Gómez Pepín y Silvio Herasme Peña, quien además era dueño de ese periódico. Luego, ocuparon el puesto de director, entre otros, Miguel Ángel Prestol, Félix Reyna y Pablo Jerez.
Rafael Núñez Grassals, Luis Eduardo Lora (Huchi), Pedro Caba, Ángela Peña, Rafael Reyes Jerez y Miguel Hernández, hicieron historia con sus trabajos periodísticos en ese vespertino.
La Noticia circuló por última vez el 2 de agosto de 1999, mientras que sus periodistas y otros empleados recibieron la promesa de que se les entregaría sus prestaciones laborales, pero éstas nunca llegaron. Algunos de ellos llevaron el caso a la Justicia.
La Nación
El empresario Julio Hazím fundó el 27 de febrero de 1997 el diario La Nación, con el lema de El más grande de la tarde. El primer director fue Juan Manuel García.
El primero de octubre de 1998, el periodista Bonaparte Gautreaux Piñeyro fue presentado como el nuevo director del vespertino, en sustitución de Hazim, quien sustituyó a García.
En 1999, la dirección de La Nación otra vez hizo algunos cambios en su formato, logotipo, diseño y contenido de sus páginas, y la construcción de su nuevo edificio de tres plantas, contiguo al de El Siglo, en la calle San Antón de Herrera.
En el 2000, los trabajos de edición de La Nación estuvieron a cargo de un grupo de editores, encabezado por el periodista Fabio Cabral, ya que en ese momento el director, Miguel Franjul, fue designado con ese cargo en Listín Diario, rotativo que desde su fundación, en 1889, fue propiedad de la familia Pellerano Alfau, adquirido después de más de 100 años en manos de esa familia, por el grupo Intercontinental, junto a otros medios de comunicación.
El 8 de octubre de 2000, La Nación circuló por última vez, día en que sus propietarios decidieron fusionarlo con Ultima Hora, donde se reubicaron a varios de sus periodistas.
El Siglo
Un diario calificado por los expertos como el más moderno de su época, fue fundado el 3 de abril de 1989. El Siglo nació y permaneció en circulación durante 12 años ininterrumpidos, con un grupo de periodistas encabezados por Bienvenido Álvarez Vega -primer director-, Margarita Cordero, Alejandro Paniagua, Héctor Tineo y otros.
Álvarez Vega renunció de ese puesto en octubre de 1993, función asignada a Paniagua y Tineo, jefes de redacción y de información, respectivamente.
Aunque no llegó a mayor de edad, El Siglo, creado y apoyado por el presidente del Banco del Comercio, José Ureña, se mantuvo a la vanguardia al innovar y hacer inversiones millonarias en sus equipos y maquinarias. Además, contrató un selecto equipo de periodistas durante su permanencia.
En 1996, el Banco Central intervino varias empresas del grupo BANCOMERCIO, entre ellas Editorial Golfo y su periódico El Siglo. Meses después, los diarios se hacían eco de que había propuestas de grupos empresariales para la compra de ese diario.
Una información del Listín Diario, el 31 de octubre de 1996, daba cuenta de que el Banco Intercontinental (BANINTER) había adquirido los activos del Banco del Comercio y de la Editorial Golfo.
Luego, la editora El Siglo, presidida por Frederich Bergés, anunció el 24 de febrero de 1997, la designación de Federico Henríquez Gratereaux y Osvaldo Santana, como director general y director ejecutivo del diario, respectivamente.
El 17 de junio de 1998, El Siglo inauguró nuevas instalaciones. En esa ocasión, el empresario José Miguel Báez Figueroa dijo que ese diario sería un instrumento de servicio público que generaría credibilidad y confianza entre sus lectores.
Como parte del proceso de reestructuración y modernización del rotativo, la dirección anunció, el 7 de octubre de 1998, la designación de Víctor Manuel Tejada como subdirector; Víctor Bautista, jefe de redacción, Alfonso Tejeda, subjefe de redacción diurno, y Danilo Rodríguez, subjefe de redacción nocturno. Los dos primeros se desempeñaban como jefe de información y editor de Economía, respectivamente, los demás ocupaban otros puestos en el diario.
Tras una larga jornada en el diarismo nacional, El Siglo anunció el cierre de sus operaciones. En su último editorial, el 31 de octubre de 2001, señaló que desde sus inicios, ese diario -con sus altas y bajas- cumplió fielmente con esa misión y jugó un importante papel a favor del desarrollo institucional, los derechos humanos, la libertad y la solidaridad social.
Intervención
El 15 de mayo de 2003, el gobierno asumió el control del Listín Diario, Ultima Hora, El Expreso, El Financiero y otros medios electrónicos propiedad de la familia Báez Romano-Figueroa, con la intervención de bienes a consecuencia del supuesto fraude financiero del BANINTER, denunciado por las autoridades del Banco Central, del que se dijo involucró RD$55,000 millones.
Sobre la intervención de esos medios, el presidente del Listín Diario, Ramón Báez Romano, señaló que eso era atropellante e indignante. En iguales términos se refirieron los directores del Listín y Ultima Hora, Miguel Franjul y Osvaldo Santana, respectivamente, quienes junto a Virgilio Alcántara y Frank Marino Hernández, directores general y ejecutivo, respectivamente, de El Financiero, renunciaron al día siguiente.
En principio se comentó que Hernández sucedería a Franjul en la dirección del Listín, pero éste lo rechazó y días después fue posesionado en el cargo Emilio Herasme Peña, quien se mantiene en el puesto.