Las actrices son las reinas indiscutibles de Cannes: su belleza ha desatado hasta trifulcas entre los fotógrafos que buscan inmortalizarlas, y sus caprichos y rivalidades están en boca de todos.
“La guerra de bustos”. A finales de los años 1950, dos sensuales italianas se disputan la mirada de los cinéfilos: Gina Lollobrigida y Sophia Loren.
En esta «guerra de bustos», Cannes es cada año un campo de batalla. «La» Loren se anota un tanto en 1961, cuando se alza con el premio a la mejor interpretación femenina por su papel de viuda en «Dos mujeres», de Vittorio de Sica.
Otras estrellas transalpinas de esa época, Claudia Cardinale, Monica Vitti y Silvana Mangano, también deleitaron al público de la Croisette.
Brigitte Bardot y la histeria colectiva. Brigitte Bardot es una perfecta desconocida cuando participa por primera vez en el Festival en 1953, pero ya causa sensación. Se muestra en la playa, en bikini, mientras Kirk Douglas le hace una trenza. Vuelve 14 años más tarde, convertida en “sex symbol” planetario. Al entrar en el Palacio de Festivales para la ceremonia de clausura, hordas de periodistas y fotógrafos forcejean para tratar de ver a la actriz. Los gendarmes intentan abrirle camino. “¡No me la aplasten!”, grita alarmado su esposo, el alemán Gunther Sachs.
“En la cama con Madonna”. La cantante llegó con un conjunto ultra ligero de Jean-Paul Gaultier. Su sujetador de forma cónica convertido hoy en mito, provocó en ese momento un escándalo. Un momento único de la historia del Festival.
En 1991, en la cima de su carrera, la estrella estadounidense presenta en el Festival su documental “En la cama con Madonna”.
La noche de la proyección, unos 10.000 fans se agolpan ante el Palacio de los Festivales para verla: su limusina apenas se abre paso entre la marea humana. Alrededor de Madonna, que lleva el mítico sujetador cónico de Jean Paul Gaultier, reina la confusión. Una presentadora de televisión cae al suelo en directo, así como otros periodistas.
Sharon Stone, en el firmamento. En 1992, el festival se abre con el “thriller” erótico “Instinto Básico”, de Paul Verhoeven. Su protagonista -una escritora bisexual sospechosa de matar a sus amantes con un punzón de hielo-, es la estadounidense Sharon Stone.
Hasta entonces actriz de papeles secundarios, Stone provoca una minitrifulca entre videógrafos y fotógrafos al llegar a la escalinata. En ese momento, se convierte en estrella mundial.
El pecho de Sophie Marceau. En 2005, mientras sube las escaleras, el vestido le juega una mala pasada a Sophie Marceau: un tirante se le cae, dejando al descubierto un pecho. La actriz francesa se lo sube rápidamente, pero la imagen es capturada por los fotógrafos. La instantánea dará la vuelta al mundo.
Los pies descalzos de Julia Roberts. Julia Roberts subió por primera vez la escalinata de Cannes el año pasado. La “novia de América” lució un vestido negro y un escote vertiginoso. Sin embargo, subió descalza los 24 escalones, una costumbre de la actriz, pero un hecho inédito en Cannes, que se produjo además después que en la edición anterior circularan rumores de que las mujeres debían llevar tacones altos.