En los 28 años que vivió Maximiliano Gómez Horacio, alias El Moreno, no descansó en sus luchas por alcanzar el ideal de igualdad, bienestar y justicia social para un pueblo que según sus allegados se deslumbraba con su encantador carisma y le tenía como su esperanza.
Entrañables compañeros del 14 de Junio y del Movimiento Popular Dominicano no conocen con detalles su historia anterior a 1965, cuando el intrépido petromacorisano entrenó revolucionarios y se enfrentó con ardor a las fuerzas interventoras norteamericanas. Pero los servicios de inteligencia consignaron en pormenorizadas fichas cada movimiento del guerrillero rural, el combatiente urbano, el conquistador de jóvenes que se integraban a su causa.
Lo acusan de haber organizado golpes de Estado, planear asesinatos de militares y figuras de la izquierda para atribuirlos a la Policía Nacional, establecer focos de insurrectos en los campos, atentar contra la vida del Presidente Balaguer, entre otros cargos.
El Archivo General de la Nación conserva un expediente dedicado a sus actuaciones y “asesinato” y revela sus presuntos pasos desestabilizadores desde 1963 y supuestos detalles del deceso en Bruselas que interrumpió su existencia breve pero intensa. A estos datos se agregan los testimonios de tres compañeros de Maximiliano que compartieron con él las mismas jornadas libertarias y de familiares y amigos que le conocieron en su infancia en La Sultana del Este.
Miguel Reyes Santana, sociólogo, catedrático universitario, exfuncionario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, miembro de la comisión política del MPD, viajó junto a Gómez como miembro del grupo de presos políticos sueltos tras el secuestro de Donald J. Crowley. Caminaron por París y Bruselas y el militante estuvo a su lado horas antes del trágico fallecimiento de El Moreno, ocurrido en “circunstancias misteriosas”, según publicó el periódico Le Soir, de Lovaina, Bélgica.
También conversan sobre el secretario general del Movimiento Popular Dominicano desde 1967 sus camaradas René Sánchez Córdova y Breno Brenes, en cuyas casas se ocultaba el dirigente. Brenes, comandante instructor de las tropas del partido y jefe de abastecimiento de la agrupación entrenó junto a él a casi toda la militancia emepedeísta.
Sánchez Córdova, del comité central, se trasladó con Maximiliano, Baldemiro Castro, Leonte Brea y otros a Cuba en 1961 para entrenarse militarmente. “El Moreno gozaba de mucho respeto en Cuba.
Era alto, fuerte, disciplinado, tenía mucha habilidad, era atlético. Regresamos pero él volvió a intensificar sus conocimientos militares y políticos”, cuenta René, también compañero de Gómez como instructor de topografía militar en 1965.
El expediente. Los reportes que se ofrecían a Balaguer y a los jefes militares de la época en que Maximiliano Gómez realizaba sus actividades clandestinas dejan la impresión de un líder que no solo influenciaba a las masas de su partido sino a casi toda la población civil y a muchos integrantes de las instituciones castrenses pues supuestamente se infiltraba en los cuarteles donde atraía a la oficialidad.
Comienzan informando de la lucha interna entre sus cuadros directivos, las expulsiones y el atractivo de este marxista-leninista que se proyectaba como el líder supremo del MPD al este separarse del 14 de Junio.
Era Maximiliano Gómez pero también podía ser “Marino Rosario”, “Marino Nazario”, “Miguel Alejandro Rivas” o “Miguel Alejandro Jiménez”, según los servicios secretos criollos. En Europa usaba pasaporte con el nombre de “José Antonio García Duvergé”, lo que dificultó los trámites para la entrega del cadáver. Debieron ir a identificarlo su madre, Mariana Horacio y sus hermanos Maritza Horacio de Martínez y Víctor Horacio.
En el dossier existente en el AGN se suceden los allanamientos en cuantas casas se ocultaban el político y sus cuadros ocupándoles supuestas cantidades de fusiles, granadas fragmentarias, pistolas, ametralladoras porque entre sus proyectos estaban además frenar la represión que ejercían sobre la organización “las fuerzas incontrolables” del Gobierno.
El Moreno también intentaría matar a Balaguer cuando este “se dispusiera a entregar casas en los alrededores del puente Duarte”, señala la documentación.
Sobre su muerte. Aparecen las comunicaciones que el cónsul general de la República en Amberes, Bélgica, Francisco José Neris Abreu, remite al Presidente y a la Cancillería sobre la muerte de Gómez, acaecida el 23 de mayo de 1971.
El más extenso informe contiene ocho páginas y 16 de fotocopias entre las que están las hojas del pasaporte, pero de “José Antonio García Duvergé”. Algunas señas que tenía el Moreno, como una profunda cicatriz en la frente por un machetazo que recibió de un alcalde en un intento de guerrilla, permitieron establecer que se trataba de Maximiliano Gómez. También su “perfecta” dentadura.
Neris Abreu continuó enviando pormenores de la defunción. Es reveladora la traducción de la crónica de Le Soir del 28 de mayo de 1971 que narra parte del accionar político de Maximiliano quien murió asfixiado por “un grifo de gas abierto” en la Rue Van AA número 94, donde residía Miriam Pinedo, viuda de Otto Morales quien a pesar de haber sobrevivido a la tentativa falleció meses después. Los dos cuerpos fueron encontrados desnudos, se dice en los memorándums.
Los datos del cónsul están basados en la investigación realizada por el comisario Van Herck.
El primero de junio de 1971 la Cancillería dominicana recibió un telegrama que informaba: “Cadáver Maximiliano Gómez partió hoy 1° de junio 4:45 PM Bruselas vía Madrid 1:30 AM y llegará a SD 4:15 AM Día 2 de junio”.
Maximiliano era hijo de Federico Gómez, puertoplateño “muy leído” que fue jefe de muelleros, y de Mariana Horacio Pedro, de padres dominicanos y haitianos. Se dan varias fechas de su nacimiento: el 7 y el 5 de mayo de 1943 y el pasaporte que usaba en Bruselas dice que el 3 de mayo de 1944. Apenas estudió hasta el octavo curso según el mismo afirmaba. Trabajó como tornero en el ingenio Consuelo.
El 16 de noviembre de 1964 fue detenido “en una loma no determinada” junto a Ernesto Arcadio López Molina, portando pistolas calibres 45 y Browning. Fue de nuevo arrestado por ocultar armas que, según la inteligencia dominicana, serían utilizadas en un foco guerrillero. René Sánchez declaró que Maximiliano “vino de Cuba con la fiebre de la guerrilla. Le dije que no se fuera, pero él tomó la iniciativa y se marchó”. En esa oportunidad resultó herido en la frente con un machete.
Estuvo casado con Carmen Mazara con quien procreó dos hijos: Guido Orlando y Fabricio Ernesto.
En otras entregas se ofrecerán más detalles de las vehementes luchas políticas de Maximiliano y sobre la calle que lleva su nombre en Santo Domingo Este.