Un gran descalabro se propinó el Partido de la Liberación Dominicana a consecuencia de la irresponsable actuación del Ministerio Público y de los “jueces” que designó a sus órdenes en la Suprema Corte de Justicia, ambos protagonistas en el actual colapso del sistema judicial del país.
Las reacciones cínicas “En todos los sectores hay manzanas podridas, eso es verdad, sin embargo eso no debe llevarnos a la generalidad sin salvar a quienes están libres de culpa”; “Generalizar en ese sentido no es la mejor contribución a combatir este problema, que no se niega algunas personas incurren, pero no todas”. Dichos criterios fueron emitidos por el Presidente de la República y por el Secretario General del Partido gobernante.
Se trata, entonces, de la admisión de los altos cargos en la conjura desde el Gobierno y el PLD para que los secuestrados órganos de la justicia hayan alcanzado la histórica máxima degradación conocidas por la sociedad dominicana.
Habrá que esperar el resultado de la denuncia y suspensión a la magistrada Awilda Reyes Beltré, que cual chivo expiatorio encubre otros cómplices. ¡Qué Participación Ciudadana transparente esta gravísima trama!
La magnitud llegó al escarnio internacional, el embajador de Estados Unidos, James Brewster, calificó la corrupción como un cáncer que retrasa el crecimiento, afecta el comercio e impide la aplicación justa de la ley en la República Dominicana. ¿Por qué a los dominicanos no se les permiten las protestas públicas que la Constitución les otorga e incluso ignoran sentencia de amparo específica?
La cobardía oficial ha llegado a la humillación de no responder a las serias imputaciones. Pero, sí ordenan que fuerzas policiales atropellen a ciudadanos que protestan cívicamente ante las tropelías que a diario cometen en abusivo uso del poder. El pueblo dominicano se está dando cuenta del engaño mediático y constante violación a sus derechos. Las cadenas humanas crecen cada miércoles.
Las protestas no son sólo por el grave destape de la OISOE, sino en reclamo de necesidades urgentes de las comunidades, la inseguridad ciudadana, por la asignación presupuestaria de la UASD, los trabajadores cañeros, dos vigilias frente al Palacio Nacional de los cancelados arbitrariamente Controladores Aéreos y los ciegos, entre otras.
Ya se demostró que las llamadas Visitas sorpresas son una falsa más de un presidente que endiosado por sus acólitos confundió su investidura cuando viola todo el estamento institucional del país para su reelección, en un ejercicio del poder que amenaza con destruir los fundamentos de la democracia.