El valor de la comunicación

Uno de los desafíos más importantes que tienen por delante las empresas e instituciones de hoy es el relativo a crear y mantener relaciones sanas y sostenibles con sus grupos de interés internos y externos. En este contexto, la comunicación hay que visualizarla y gestionarla como parte de los procesos estratégicos de las organizaciones. Además, la comunicación facilita que las empresas e instituciones funcionen como sistemas abiertos, los que para cumplir con sus objetivos necesitan vincularse continuamente con sus colaboradores, clientes y consumidores.

Para que la comunicación, en sus diferentes modalidades, sea un medio eficaz para facilitar la buena gestión de las organizaciones, es imprescindible que la misma sea gestionada por un talento humano formado para tales fines. Las tradicionales oficinas internas de prensa de ayer, han comenzado a transformarse en áreas o direcciones de comunicación corporativa.

Las funciones estratégicas que deben realizar las estructuras de comunicación, tanto dentro como fuera de las organizaciones, necesitan la participación, experiencia y conocimiento de profesionales multidisciplinarios, más allá de personas formadas solo en periodismo. El talento humano de comunicación corporativa piensa y actúa como un estratega. Según estudios realizados en España, la figura del director de comunicación es clave en los procesos comunicativos de las compañías e instituciones en su relación con los diferentes grupos de interés. Hoy, en las áreas de comunicación, sin importar que procedan del entorno gubernamental o privado, se están manejando nuevos conceptos, tales como clima organizacional, perfil de identidad corporativa, cultura corporativa, imagen pública, reputación, grupos de interés internos y externos, entre otros. El concepto de comunicación ha comenzado a ampliarse.