En estos tiempos en que la delincuencia y la criminalidad están a la ofensiva, desafiando la ley y la autoridad, es conveniente trazar estrategias multisectoriales que permitan tomar un real control de la situación.
Hay quienes deducen que para enfrentar la delincuencia bastaría con una ofensiva policial vigorosa, que vuelque abundantes recursos hacia la represión. Sin embargo, sin una profilaxis del recurso humano y el endurecimiento de las sanciones disciplinarias, se correría el riesgo de fortalecer la delincuencia, en vez de debilitarla, con lo que resultaría agravada la inseguridad en perjuicio de la sociedad.
Y si se consumara la profilaxis en el recurso humano, pero se careciera de una sustanciación adecuada de los expedientes, en base a investigaciones confiables, se estaría echando por tierra todo el esfuerzo inicial destinado a controlar la delincuencia.
-II-
Aunque en términos numéricos la delincuencia se alimente de factores sociales como la falta de oportunidades, la agudización de la crisis económica y las repatriaciones de personas vinculadas al crimen, llama la atención el hecho de que en nuestro país hay índices de reincidencia que permiten deducir que la acción judicial no se corresponde con el esfuerzo represivo inicial. Si no, ¿Cómo es posible que haya individuos que logran acumular en tiempo record decenas de sometimientos por crímenes y delitos?
Algunas veces, una mala instrumentación de la acusación, un manejo inadecuado de indicios y evidencias o violaciones de procedimientos, por citar solo algunos motivos, determinan que un delincuente pueda salir en libertad sin ser condenado. En otros casos, una simple concesión de libertad mediante pago de fianza le da a un expediente carácter de cosa definitivamente juzgada y el inculpado se ve favorecido por una especie de descargo.
-III-
Por esas razones, queremos entender que los esfuerzos que ahora encaminan la jefatura de la Policía y los síndicos son una fase previa de gestiones más amplias, que involucren a representantes de cada una de las fases que debe agotar un expediente. Aunque es indudablemente necesaria, la represión policial pura y simple no serviría de mucho si la parte judicial no hace el papel que complemente el combate contra el delito.
Está bien que se adelante en estos esfuerzos y que haya una adecuada profilaxis en todo el recurso humano correspondiente a la Policía Nacional, la Policía Municipal y todas las instancias afines, auxiliares de la justicia, pero todo esto debe ser fortalecido por una gestión judicial adecuada y coherente con los principios que le dan origen.
Cabos sueltos
La eliminación del subsidio generalizado del gas licuado de petróleo deja tres cabos sueltos. El primero es qué harán las autoridades para evitar que esta decisión encarezca artículos de tanto peso social como el pan; el segundo es cómo se evitará que los choferes del concho que usan GLP aumenten aún más unos pasajes que han estado inflando de manera abusiva cada vez que hay alza en la gasolina, y el tercer cabo es si se rebajará de los precios de la gasolina la proporción del diferencial del petróleo que específicamente ha estado destinada a cubrir parte del subsidio del gas.