¡Ballena jorobada A LA VISTA!

¡Ballena jorobada A LA VISTA!

Ballena a las dos!, gritó la bióloga que guiaba el recorrido de los periodistas invitados por el Ministerio de Medio Ambiente a la zona de avistamiento de las ballenas jorobadas. La algarabía de los tripulantes en el catamarán no se hizo esperar, incluso contagió a quienes no la pasaban tan bien en alta mar.

Todos viajaron de Santo Domingo a Samaná, donde los cetáceos vienen a aparearse, parir y amamantar a sus crías en aguas del Atlántico caribeño entre los meses de enero y abril.

Una hora después de navegar por el Santuario de Mamíferos en el Banco de La Plata, Banco de La Navidad y la Bahía de Samaná, luego de una llovizna y de casi perder la esperanza, un ballenato dejó ver su dorso y de inmediato se oyeron los aplausos y los flashes.

Él, cual si se creyese un artista, nadó cerca del catamarán dejándose fotografiar y su “emoción” atrajo a su madre, quien pasados cinco minutos, cuando el reloj marcaba la 1:10 de la tarde, salió a la superficie y navegó dejándose ver por unos diez minutos.

“Por política de protección de la ballena jorobada, (Megaptera novaeangliae) cuando el cetáceo es adulto la embarcación debe colocarse a 50 metros, pero si hay un ballenato involucrado en la observación la distancia debe ser de 80 metros. Estas medidas se adoptan a nivel mundial por los acosos que sufría la ‘Gran Aleta de Nueva Inglaterra’”, explicó la bióloga Yleana González, quien guió a los periodistas.

Además -informó-, el capitán de la embarcación debe mantener los motores en neutro, mas no apagarlos, porque la ballena debe escucharlos para poder localizar el bote en cualquier momento, precisó nuestra guía.

Menos ballenas. Este año, a principios de la temporada, hubo menos ballenas que en el 2013, sin embargo, según González aproximadamente entre 10 y 12 mil cetáceos visitan el Santuario de Mamíferos Marinos de Samaná que posee 35 mil metros cuadrados.

La bióloga explicó que cada ballena puede identificarse como un individuo diferente y en algunos observatorios incluso les asignan nombres. En el caso de República Dominicana se han identificado 200 individuos que siempre vienen al Santuario de Mamíferos Acuáticos de Samaná.

Datos curiosos. Mientras está en Samaná, que es su zona de reproducción, solamente el ballenato se alimenta, no porque a los adultos no les dé hambre, sino porque nuestro mar no tiene las especies de las que ellos se alimentan.

A pesar de su gran tamaño tienen una garganta muy pequeña y no poseen dientes, por lo que se alimentan de sustancias pequeñas como el kril, y de peces diminutos. El ballenato, que cuando nace tienen un peso de entre 2,000 a 3,000 libras y mide 12 pies de largo, ingiere unos 50 galones de leche al día y aumentan unas 100 libras diarias.

“La leche de la ballena jorobada tiene entre un 40 y 60 % de grasa. La capa de grasa de una ballena adulta puede medir hasta seis pulgadas, y de esa capa de grasa es que la ballena se va a mantener aquí sin comer”, indicó.

La ballena jorobada tiene memoria materna, es decir, que si una ballena se alimenta en las afueras de Boston, su cría o descendencia se alimentará ahí. Si esa ballena se reproduce en las aguas de República Dominicana, sus crías también vendrán a reproducirse en el país, apuntó González.

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