TOKIO. El índice Nikkei de la bolsa de Tokio cerró este lunes un año récord con ganancias del 57%, su mejor rendimiento de los últimos 40 años, gracias a la caída del valor del yen y al «Abenomics», el programa de reformas del primer ministro.
La liquidez proporcionada por el banco central japonés al sistema financiero y las promesas de reforma del primer ministro conservador Shinzo Abe permitieron al índice de los 225 valores principales alcanzar su nivel de antes de la crisis financiera internacional, en 2008-2009, y superar además el récord de subida anual de 1972.
Tras un nuevo aumento del 0,69% este lunes (por novena jornada consecutiva) el Nikkei cerró el año a 16.291,31 puntos. «Fue un año de boom. Hacía mucho tiempo que no teníamos una actividad como esta en el mercado, los resultados van más allá de todas las esperanzas», dijo a la AFP el analista Hikaru Sato de Daiwa Securities.
Tras la caída de Lehman Brothers en 2008, la bolsa de Tokio sufrió el impacto de la fuerte caída del valor de la divisa japonesa, que en 2011 alcanzó su nivel más alto frente al dólar desde 1945. El Nikkei también se vio afectado por las consecuencias económicas del tsunami y del accidente en la central nuclear de Fukushima en marzo de 2011.
Pero en 2013 la bolsa se recuperó y consiguió uno de los mejores resultados de las plazas mundiales gracias al «Abenomics», la política de reformas económicas puesta en marcha por el primer ministro conservador Shinzo Abe tras su llegada al poder en diciembre de 2012.
Estímulo económico. Rompiendo con la austeridad de su predecesor centrista, Abe destinó 70.000 millones de euros al gasto público para estimular la economía, en particular el sector de la construcción, y recientemente ha prometido otros 40.000 millones más.
Otra de sus medidas, quizás la más importante, fue la designación de un nuevo gobernador, Haruhiko Kuroda, en el Banco de Japón, que inunda el mercado de liquidez con compras masivas de obligaciones del Estado.
}Se trata de una estrategia de lucha contra la deflación, que en los últimos 15 años ha hundido la economía del país y sus mercados financieros.
«Abenomics ayudó al mercado a recuperar el gusto por el riesgo», asegura Seiichi Suzuki, analista en Tokai Tokyo Securities. La liquidez del banco central ha favorecido la depreciación del yen, que perdió en un año el 25% de su valor frente al euro y 20% ante el dólar.
El fenómeno benefició en el extranjero a los grandes grupos japoneses, como Toyota, número uno mundial del automóvil, cuyas acciones ganaron un 60% en un año, o a Sony, que dobló el precio de sus acciones.
Los pronósticos para 2014 van desde una progresión limitada del Nikkei hasta otro año de récords. Frente al probable freno del crecimiento, los inversores esperan ahora que el BoJ continúe con su política de inyectar liquidez aunque dudan de si el primer ministro podrá seguir adelante con las reformas.