La muerte súbita es la aparición repentina e inesperada de un paro cardiaco en una persona que aparentemente se encuentra sana y en buen estado de salud 24 horas antes.
Es poco frecuente, sin embargo, los pacientes que están en riesgo pueden tomar las precauciones de lugar para evitarla.
Por lo general, es debido a un defecto cardiaco no detectado o anomalías del corazón que pasaron desapercibidas.
La muerte súbita suele ocurrir durante una actividad física, ya sea haciendo ejercicios u otra similar, y es más frecuente en hombres que en mujeres.
La mayoría de las muertes ocurre en adultos mayores, especialmente en aquellos con enfermedad en arterias coronarias. En personas mayores de 35 años la principal causa es el infarto.
Dentro de las causas de muerte súbita están:
1. miocardiopatía hipertrófica
2. anomalías coronarias
3. hipertrofia ventricular izquierda
4. displasia arritmogénica del ventrículo derecho
5. miocarditis
6. anomalías aórticas
7. enfermedad coronaria precoz, como lo es el hipercolesterolemia familiar.
Por diversos motivos, algo provoca que los latidos cardiacos salgan de control. Este ritmo cardiaco anómalo se conoce como fibrilación ventricular.
Miocardiopatía hipertrófica:
En esta afección, que suele ser hereditaria, se engruesan las paredes del músculo cardiaco. El músculo engrosado puede alterar el sistema eléctrico del corazón y provocar latidos rápidos o irregulares (arritmias), los cuales pueden causar muerte súbita.
Aunque no suele ser mortal, la miocardiopatía hipertrófica es la causa más frecuente de muerte súbita por problemas cardiacos en menores de 30 años, y es la causa identificable más frecuente de muerte súbita en atletas.
La miocardiopatía hipertrófica suele avanzar sin ser detectada.
Muchas veces, los pacientes no tienen síntomas y se diagnostican de forma casual por un ECG, una exploración rutinaria, etc.
Algunos pacientes de miocardiopatía hipertrófica pueden sufrir síntomas como fatiga, sensación de palpitaciones mantenidas, dolor torácico o pérdida de conciencia.
A pesar de ser hereditaria, la enfermedad no se suele detectar hasta la etapa de desarrollo corporal, en la adolescencia. Estos cambios suelen producirse sin que se presenten síntomas, lo que dificulta el diagnóstico.
Las manifestaciones de miocardiopatía hipertrófica pueden ser muy diferentes incluso dentro de una misma familia.
En uno de cada cuatro pacientes que sufre miocardiopatía hipertrófica, el exceso de músculo se interpone en la zona de expulsión de la sangre del corazón, ocasionando lo que se conoce como forma obstructiva.
Como el corazón tiene que realizar un esfuerzo extra para salvar este obstáculo, los pacientes con este tipo de enfermedad suelen estar más limitados en su calidad de vida y requieren tratamientos más intensos.
La miocardiopatía hipertrófica no limita la duración ni la calidad de vida en la mayoría de los afectados.