Railroad tanker cars sit outside of the Chevron refinery July 14, 2008 in Richmond, California. As gasoline prices continue to climb to a national average of USD 4.11 per gallon of regular unleaded, U.S. President George Bush announced that he has lifted the executive ban on offshore oil drilling that his father, former U.S. President George H.W. Bush imposed during his term in office. Justin Sullivan/Getty Images/AFP == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY ==
Las relaciones petroleras entre Estados Unidos y Venezuela son tan estrechas como complejas, de ahí que las sanciones impuestas por Washington incluyan entre sus damnificados al Gobierno del presidente Nicolás Maduro y a algunas de las grandes empresas estadounidenses, como Valero o Chevron.
El cambio sustancial del tablero de juego energético internacional ha permitido este golpe por parte de EE.UU. al corazón de la economía venezolana, algo que era impensable hace una década.
La sed de crudo de EE.UU., la primera economía mundial, ha ido reduciéndose en los últimos años gracias al auge de la extracción de petróleo mediante la técnica de fracturación hidráulica (“fracking”, en inglés).
Como consecuencia, se espera que la primera economía del mundo pase en breve de ser uno de los grandes importadores internacionales a convertirse en exportador neto, según datos del Departamento de Energía.
La tradicional e histórica relación petrolera entre EE.UU. y Venezuela se remonta a casi un siglo, a lo largo del cual se ha establecido una red de refinerías, la mayoría en Texas y Luisiana, diseñadas especialmente para tratar el crudo venezolano, que es extremadamente pesado.
“Con las sanciones en vigor, aquellas refinerías tendrán que buscar otras fuentes – probablemente Oriente Medio y pagando una prima, por lo que las refinerías estadounidenses se encontrarán entre los mayores perdedores”, indicó Paola Rodríguez-Masiu, analista de la consultora energética Rystad, en un comunicado.
Del total de exportaciones venezolanas, 450.000 van a EE.UU., 300.000 a la India y 240.000 a China. La gran importadora es Citgo, propiedad de Venezuela.