ATENAS. El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, presentará este martes la composición del gobierno, cuya prioridad será renegociar la deuda externa del país y terminar con la política de austeridad que ha empobrecido a la población.
La negociación con los acreedores de Grecia podría quedar a cargo del economista políglota Yannis Varoufakis, acérrimo crítico de la «odiosa deuda» y favorable al «fin de las medidas de austeridad», responsables de una «crisis humanitaria».
Varoufakis, 53 años, profesor de economía, catalogado como uno de los «radicales» de Syriza, al que pertenece desde hace poco tiempo, será probablemente supervisado por Yannis Dragassakis, 68 años. Dragassakis, economista y cuadro veterano del partido, coordinaría las carteras de Finanzas, Turismo, Marina Mercantil e Infraestructuras. En los próximos días empezará el desfile de personalidades europeas a Atenas.
El jueves lo abre el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, para hablar con el nuevo primer ministro griego. El viernes, Schulz se reunirá en Estrasburgo con el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.
El presidente del Eurogrupo, el ministro holandés de Finanzas Jeroen Dijsselbloem, que el lunes habló por teléfono con Yannis Varoufakis, se reunirá el viernes en Atenas con Tsipras y el nuevo ministro griego del ramo para «conocerse», dijo a la AFP un portavoz del Eurogrupo. El lunes, Dijsselbloem recordó que los «problemas de Grecia siguen ahí» y que «esperaba conocer la posición del nuevo gobierno».
La Unión Europea le exigió a Grecia que antes de fines de febrero lleve a cabo nuevas medidas de ajuste para obtener la entrega de otros 7.000 millones de euros de ayuda.
Tsipras dijo, tras su histórica victoria en las elecciones del domingo, que la austeridad es cosa del pasado, pero que estaba dispuesto a negociar para encontrar una solución «que beneficie a todos». Dijsselbloem se congratuló de que Syriza pretenda «seguir en la zona euro». «A partir de esa base vamos a trabajar», sostuvo. «Si hay buena voluntad de ambos lados, se llegará a una solución», había dicho Yannis Dragassakis, en una conversación con la AFP previa a las elecciones.
Reestructar la deuda para crecer. «La reestructuración de la deuda es uno de los factores que podrían contribuir a la reactivación, el otro es la necesidad de hacer reformas», recordó. Syriza desea organizar una conferencia europea que aborde las deudas de los países, como la que se celebró en Londres en 1953, que llevó a una reducción sustancial de la deuda de una Alemania arruinada en la Segunda Guerra Mundial.
La cuestión de la reestructuración de la deuda divide a los europeos. Por su parte, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la francesa Christine Lagarde, no rechaza de plano la idea de una conferencia de ese tipo.
En el frente interno, el gobierno griego destinará 1.200 millones de euros a la lucha contra la «exclusión social» que sufren centenas de miles de griegos tras seis años de crisis económica y política de austeridad.
Asimismo, el nuevo gobierno ha prometido aumentar el salario mínimo de 580 a 751 euros, suprimir algunos impuestos y poner en marcha un plan de lucha «contra el clientelismo» y la «corrupción». Esas medidas producen escalofríos en algunos países de Europa, particularmente en Alemania, guardián del rigor presupuestario. La canciller alemana, Angela Merkel, tardó 48 horas en enviar un mensaje de felicitación a Tsipras, una demora inusitada.
Tsipras tendrá que encontrar un equilibrio con el partido nacionalista de derecha Griegos Independientes (ANEL), con el que concluyó una alianza gubernamental. Según la prensa griega, el presidente de ANEL, Panos Kammenos, será nombrado ministro de Defensa.
Tsipras, cuyo partido obtuvo 149 escaños de 300, dos menos de la mayoría absoluta de 151, optó por una rápida alianza con ANEL, que aporta 13 diputados, para no perder tiempo en la formación del gobierno.
Syriza y ANEL tienen muchas diferencias, pero en los últimos tres años coincidieron siempre en el rechazo de la política de austeridad y del sometimiento del gobierno a la troika de acreedores formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. La alianza con los Griegos Independientes siembra dudas entre muchos analistas que la califican de «contra natura» debido a las profundas diferencias en temas de sociedad como la inmigración y las relaciones entre el Estado y la Iglesia.