Como estamos en febrero, mes en que conmemoramos el Día de la Independencia Nacional, quiero hacer algunas reflexiones que, a mi criterio, coinciden con los sentimientos que orientaron a los forjadores de nuestra nacionalidad: la paz, la justicia, la libertad y la solidaridad.
Siempre he sostenido que no existen las varitas, espejos y lámparas mágicas dotadas de poderes especiales para resolver problemas, predecir el futuro o alcanzar el poder, aunque existen figuras públicas, políticos, que se colocan lentes mágicos para vivir en un mundo de ilusiones. Los espejos y varitas mágicas son historias que han fascinado a muchísimas personas de diferentes edades a través del tiempo. Les permite proyectarse en un mundo maravilloso y camino hacia el poder. Pero en la vida real no existen tales ilusiones.
Estamos en febrero del 2025. A casi cuatro años del proceso electoral del 2028. Pero algunos actores de la política, dentro del sector oficial y de la oposición, actúan pretendiendo que la ciudadanía se ponga los lentes mágicos que alimenta sus propias pretensiones políticas. Y eso no le conviene a la sociedad, pero mucho menos a ellos mismos ni al propio Gobierno. Porque se está iniciando el primer año de un mandato de cuatro años. Y aunque algunos dicen que en carreras largas no se pisan bases, debo recordarles que para las carreras largas se necesita mucha resistencia. Que en los maratones participan cientos y miles, pero solo hay un ganador. El resto se agota en el camino.
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Esos lentes que ponen a ciertas personas ver un mundo irreal, los ayudan a crear espejismos, que aunque solo existe en cuentos y películas, deben evitarse, porque la realidad siempre suele ser dura. Tales lentes que muchas veces empuja a hacer análisis y conjeturas, crean panoramas adaptados a las conveniencias. Sí, porque también son vistos a través de los lentes mágicos de los asesores. Y esa ha sido más o menos la historia que ha vivido el país. Que ha demostrado que todo debe nutrirse de realidades. Realidades que a la distancia es difícil de concebir. Aunque si se puede construir.
Hay que suponer que a quienes viven en un mundo de ilusiones, proyectando escenarios acomodados, pensando que el 28 está al doblar de la esquina, podría resultarles bastante difícil quitarse los lentes mágicos, porque podría desalentar a sus seguidores que igual viven de esos sueños creadores de esperanzas. Así es, pero les recomiendo hacer un esfuerzo, aunque sea por poco tiempo, para que se quiten esos lentes y puedan ver y palpar el mundo de la realidad. Acostumbrarse a ver, no la verdad vista a través de sus lentes, sino la realidad real. Sin la magia que producen los lentes de la ilusión o de alguna posición.
Los que pertenecen al área oficial, sobre todo si están en algún cargo público, que se pongan a trabajar en sus funciones al cien por ciento, o que se dediquen a sus proyectos políticos. Que normalmente las valoraciones se hacen de forma colectiva, no individual. Y los de oposición, que le dediquen más tiempo a recomponer sus partidos. Porque no por mucho hablar o criticar se logran más votos. La patria necesita un respiro positivo. La patria es de todos.