A RD no le ha ido mal en productividad laboral

A RD no le ha ido mal en productividad laboral

El país está entre cuatro naciones de América Latina y el Caribe cuya productividad laboral ha crecido más que la de los Estados Unidos de América

La República Dominicana está mejor que la mayoría de los países de América Latina y el Caribe en aumento de la productividad laboral.

Aunque a partir de 1980 la productividad laboral en la región se ha mantenido estancada, la de la República Dominicana y de otros tres países ha aumentado por encima de la productividad laboral de los Estados Unidos, según datos de la Cepal.

A partir de 1980 se observa una tendencia al estancamiento, pues entre ese año y 2021 la productividad laboral se contrajo a una tasa promedio del 0,1% interanual, lo que contrasta con lo ocurrido en el período entre 1950 y 1979, cuando la productividad laboral creció en promedio un 2,6% anual, superior a la tasa del crecimiento promedio registrado en los Estados Unidos, que fue de 2,0%.

El aumento de la productividad laboral que experimentó la región en el período analizado se debió fundamentalmente a los cambios en la asignación de trabajos dentro de cada sector productivo, que contribuyeron con un 0,83 del cambio total del 0,88 que experimentó la productividad en ese período.

Solo un 0,05 del 0,88 se asocia con los efectos de la reasignación del trabajo entre los diferentes sectores productivos. En el caso de República Dominicana, 2,47 (el más alto entre los países) se debió a lo primero y 0,14 a lo segundo.

“Es decir que, transcurridos 41 años, la región no ha sido capaz de volver a los niveles de productividad que tenía antes de la crisis de la deuda. El desempeño logrado entre 2004 y 2013 la acercó mucho al nivel de 1980, pero el fin del auge de los precios de las materias primas provocó un quiebre en esta tendencia y, a partir de entonces, se registró una permanente dinámica descendente”, expresa un informe de la Cepal y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre “Dinámica de la productividad laboral en América Latina”, Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe.

Ese no ha sido el caso de República Dominicana, que está entre cuatro países (los otros tres son Brasil, Chile, Costa Rica) que lograron un crecimiento de la productividad laboral mayor que el de los Estados Unidos. No sobra señalar que la productividad laboral de Bolivia, Colombia y el Perú se han estado aproximando en los últimos años a tener un crecimiento de su productividad laboral por encima del de Estados Unidos.

Lo contrario ha ocurrido en la mayoría de las economías de la región, cuya productividad laboral ha crecido menos del 1,7%, con lo que se ha ampliado la brecha existente en 1950, pero, además, desde los años noventa, el crecimiento de la productividad laboral en la región se ha desacelerado.

No obstante la mejor posición que tiene RD, no debe bajar la guardia. Debe seguir trabajando para crear las condiciones para un mayor aumento de la productividad laboral.

Una de las causas que, que, según el informe de la Cepal y la OIT, llevan a un desempeño poco alentador de la de productividad total de los factores son las bajas tasas de inversión que muestran las economías de la región.

La carencia de infraestructura apropiada (puertos, carreteras, electricidad, agua y sistemas de comunicación) hace que la producción de bienes y servicios con la misma cantidad de insumos sea más difícil para una empresa en la región que para una empresa en un país.

Asimismo, los bajos niveles de inversión en materia de investigación y desarrollo e innovación tecnológica también podrían reducir la productividad total de los factores en las economías de la región.

Los bajos niveles de acumulación de capital humano, en particular salud y educación, podrían provocar la divergencia de la productividad total de los factores de la región con respecto a otras economías.

También la presencia de barreras institucionales, que incrementan el costo de operar en la región, podría inducir la dinámica observada en dicha productividad.

Además, la falta de acceso igualitario a oportunidades, fuentes de financiamiento y, en general, al desarrollo de actividades económicas y educativas puede explicar las limitaciones al potencial productivo de la región, sobretodo a la luz de los altos niveles de informalidad que caracterizan a las economías.

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