Los procesos de adaptación social van a durar por meses
Es evidente que la pandemia ha colapsado la vida de millones de personas: desempleo, pérdidas de ahorros, duelos, pobreza, desesperanza, pánico, depresión, estrés postraumático, cambio de vida drásticos y procesos de inadaptación psicosocial.
Salir de la pobreza, volver a un empleo, recuperar los ahorros, puede que tarde mucho en algunos países; el impacto del coste directo e indirecto, más la salud mental es difícil de medir, prevenir y articular políticas públicas para salir airosos a la mayor brevedad posible.
Los grupos más afectados han sido los jóvenes y las mujeres, los pobres y las personas de bajos ingresos. También los países con menos ahorros, que han tenido que aumentar sus deudas llegando hasta el 70% de su PIB.
Todos estos indicadores apuntan a grandes problemas psicosociales: vandalismo, atracos, secuestros, cambios de comportamientos sociales de altos riesgos. Pero también, aumentarán los conflictos sociales, la desesperanza, la desmoralización con desesperanza, la violencia social, la corrupción, prostitución, etcétera.
Cada vez que ocurren circunstancias y adversidades que influyen en los estilos de vidas, patrones de comportamientos sociales, cognición mental, percepción, esperanza, nuevos retos y desafíos para poder adaptarse y continuar la vida de forma saludable y en armonía. Cientos de personas se resisten a los cambios, otros se inadaptan y se despersonalizan entre crisis y estrés crónico; sin embargo, otras personas logran gerencial de forma asertiva su vida, funcionan, se concentran, se orientan o se enfocan logrando continuar con su proyecto de vida.
Cuando una persona empieza tener mala relación consigo mismo, con los demás, con las cosas, y no sabe qué hacer, cuando otros saben qué hacer, se plantea una dificultad para salir airoso después de una adversidad.
El trastorno de adaptación son un grupo de síntomas que aparecen después de un estresor importante que afecta la parte emocional psicológica, física y la conducta. Estos síntomas pueden ser: estrés, ansiedad, tensión, miedo, desánimo, preocupación y sensación de perder el control; además, puede aparecer ira, enojo, frustración, incapacidad para concentrarse, utilizar el juicio crítico, discriminar de forma objetiva las dificultades.
Todos estos síntomas hacen que las personas se desorganizan, pierden el control o vuelvan a gerencial sus vidas de forma funcional y adaptada. Cada quien vive el estresor de esta pandemia de forma diferente. Los resultados económicos, sociales, laborales y emocionales dependen de las habilidades, destrezas, madurez, capacidad de resiliencia, manejo de adversidades para planificar en medio de una crisis.
El impacto en la salud, la economía y los cambios en la salud mental, son los que registran los mayores costes de sacrificio de las personas.
Literalmente, los procesos de inadaptación social, van a perdurar por meses, años o décadas. Sencillamente, habrá seres humanos que no volverán a ser los mismos, que la pandemia les dejó huellas somáticas, dolor, desesperanza, embotamiento emocional o culpa. Aristóteles bien lo decía: “cada ser humano es único e irrepetible, cada uno percibe, guarda, esconde, analiza e interpreta de forma diferente un mismo fenómeno”.
La covid-19, las vacunas, la inseguridad sobre el manejo de la salud, el comercio y el sistema financiero, ha enseñado la parte fea de las economías fuertes y, la debilidad y vulnerabilidad de las economías dependientes, inestables y de pocos controles.
El aprendizaje es individual, aunque la crisis es global, social y existencial. Ahora, le corresponde a cada país, a cada familia y a cada persona volver a construir sus prioridades, sus nuevos ahorros, trabajos, luchar y empoderarse para salir fuerte y enfocado después de la pandemia.
El mundo ha vivido desastres muy grandes en todas las épocas, catástrofes de todo tipo, y han continuado viviendo, construyendo y desarrollando la cultura y la economía.
Los seres humanos volveremos a la normalidad, a la adaptación social, a vivir y existir pese al covid-19. Siempre hay luz en el camino, siempre hay esperanza y siempreha existido el optimismo.
El desafío es lograr la adaptación psicosocial, continuar construyendo los motivos y sentido de existencia de forma integral, para lograr fluir en la vida manejando las adversidades del presente y del futuro.