Una comisión de agroproductores de Nizao, Don Gregorio, Catalina, Sabana Uvero y Santana reclamaron el pago de 6 millones de dólares por los daños que la Central Termoeléctrica Punta Catalina ha causado a sus cultivos.
Durante una visita a la redacción de este periódico informaron que la producción en veinticinco especies o rublos de cultivos han registrado una merma de más de 50% en las 2,781.5 tareas en los alrededores de Punta Catalina.
Estos cultivos o rublos son pepinos, tomates, ajíes, lechosa, sandía, chinola, aguacate, berenjena, molondrones, yuca, batata, plátanos, guineos, rulos, yuca, habichuela, maíz, mangos, especialmente los destinados a exportación, entre otros.
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“En la provincia Peravia y sus municipios las emisiones de cenizas de Punta Catalina han contaminado el medio ambiente a tal punto que nuestros productos lo rechazan en los puestos de ventas del mercado porque no tienen calidad comercial”, expresó Julio fortuna, vocero de la comisión de productores y agricultores.
Reiteró que antes de Punta Catalina eran autosuficientes y que con el trabajo de la agricultura podían mantener a sus familias.
“Después de Punta Catalina estamos enterrados.. Tengo una parcela de lechosa con la cual mantenía a mis hijos. Le daba todas las mañanas un jugo de lechosa con un pedazo de arepa antes de irse a la escuela y esos niños venían al mediodía y tenían su comida en la mesa”, dijo desesperado Sixto Paulino.
De igual manera, puntualizó que él al igual que todos los habitantes de Nizao tenían como medio de subsistencia la agricultura, pero actualmente ni a eso tienen derecho. “En vez de estar mejor, estamos mucho peor, porque ahora no tenemos ni la luz y mucho menos comida. Punta Catalina ha sido tan dañina que allá los niños tienen enfermedades en la piel por las cenizas, esas chimeneas soltando todo ese veneno y eso está acabando con nosotros”.
Atribuyen esta merma en la productividad y en la calidad de estos cultivos a las emisiones aéreas de gases ácidos y de metales pesados de las dos plantas de carbón de Punta Catalina, al vertido de aguas residuales de estas plantas y a las cenizas tóxicas depositadas en el batey San José, en Catalina.
Narraron que existen alrededor de 800 mil toneladas de cenizas tóxicas distribuidas en cuatro grandes lomas, una cubierta con una membrana plástica, tierra y con material orgánico.
Explicaron que los suelos expuestos por estas cenizas son de naturaleza calcárea y estas cenizas con gran cantidad de cal son alcalinas, por lo que elevan el pH del suelo modificando la fisiología de la nutrición de los cultivos, lo que afecta la productividad.