Alemania dejó de recibir gas ruso ayer, lunes, por el gasoducto Nord Stream, como estaba previsto por el gestor de la infraestructura para su mantenimiento, pero las autoridades de Berlín temen un corte definitivo y alertaron de una situación de emergencia si no se reanudan los envíos.
El Gobierno alemán no quiso especular sobre lo que pasará después del día 21, fecha oficial en la que deberían acabar las tareas de mantenimiento y quedar restablecido el flujo de gas ruso, aunque reconoció que la situación es “tensa” y “muy seria».
En una rueda de prensa ordinaria, Susanne Ungrad, portavoz adjunta de Economía, aseguró que “a fecha de hoy la seguridad del suministro está garantizada” y agregó que por el momento no se plantea declarar el próximo nivel en el plan de emergencia del gas, que implicaría la intervención del Estado en el mercado para regular el flujo.
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Desde el pasado día 23 está en vigor el nivel de alerta del plan de emergencia, declarado entonces ante la disminución del suministro procedente de Rusia y los elevados precios.
El ministro de Economía y Clima, el verde Robert Habeck, señaló entonces que el nivel de alerta, según el reglamento de la Unión Europea, se declara cuando se produce una interrupción del suministro de gas o una demanda excepcionalmente alta que cause un empeoramiento considerable del suministro.
No obstante, declarado este nivel, el mercado sigue siendo capaz de hacer frente a esta interrupción o demanda sin necesidad de adoptar medidas no basadas en el mercado.
El 30 de marzo, el gobierno había declarado la fase de alerta temprana, la primera de tres niveles del plan de emergencia del gas, como medida preventiva entonces ante una posible escalada y un cierre del suministro por parte de Rusia A la fase de alerta temprana pueden seguir el nivel de alerta, vigente en la actualidad, y el nivel de emergencia.