Algo de todo

Algo de todo

Elsa Ramírez de Miura

En la antigüedad se relacionaba la primavera y el invierno con un ciclo de vida y muerte. Por esta concepción los romanos y otras civilizaciones celebraban el nuevo año en marzo, coincidiendo con el equinoccio y el comienzo de la primavera y las cosechas.

Según los textos de Plutarco, Numa Pompilio, sucesor de Rómulo, en el siglo VIII A. C, añadió dos nuevos meses al calendario existente para alcanzar los doce meses actuales: añadió Januro (enero) en honor al dios Jano y Februo (febrero) por Plutón.

En el año 46 A. C., se cambió el calendario romano para dar paso al calendario juliano que ya incluía a enero y febrero, siendo enero el primer mes del año. Roma y los pueblos que estaban bajo su influencia rechazaron este cambio durante siglos negándose a celebrar el comienzo del nuevo año en un mes que honraba a un dios pagano.

En el año 1582, con la instauración del calendario gregoriano, el papa Gregorio XIII estableció el 1 de enero como primer día del año para todos los países católicos.

En 1904 se llevó a cabo la primera celebración de Año Nuevo en el famoso Times Square, en la ciudad de Nueva York, organizada por el New York Times en ocasión de inaugurar sus nuevas instalaciones en Times Square y celebrar el cambio de nombre de “Longacre” a “Time Square”.

La primera vez que se presenta la bola que cae en Time Square para anunciar el Año Nuevo, fue el 31 de diciembre de 1907. En el 1942 y 1943, la bola no apareció por la Segunda Guerra Mundial. Las personas que se reunieron en Times Square celebraron con un minuto de silencio seguido de campanadas proveniente de amplificadores.

La bola original era de acero y madera, pesaba 317.5 kilos y medía 1.5 metros de diámetro, decorada con 100 luces de 25 watts. En 2008 estrenaron nueva bola de 3.6 metros de diámetro y 5,386 kilos de peso.

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