Análisis del ritmo-sentido del panegírico “Ante el féretro de Trujillo”, de Joaquín Balaguer

Análisis del ritmo-sentido del panegírico “Ante el féretro de Trujillo”, de Joaquín Balaguer

§ 4.0. ¡Qué grande hombre fue Trujillo/ y cómo se proyecta su estatura de prócer/ sobre la historia dominicana!// Fue humano,/ demasiado humano muchas veces,/ pero sus mismos errores/ merecen nuestro respeto/ porque fueron hijos de su pasión desvelada/ por el orden y del concepto mesiánico/ que tuvo de su misión como hombre público/ y como conductor del Estado.// Su carácter recio y su voluntad monolítica/no sufrieron menoscabo alguno/ ni en los duros conflictos a que se vio constantemente sometido/ ni el desgaste indispensable que implicaron para él/ sus cuarenta años de vida pública/ y su intensa participación de los debates/ que dividieron/ en las tres últimas décadas a sus conciudadanos.// Su fe religiosa,/ por ejemplo,/ permaneció incólume/ a pesar de todas las apariencias/ y el último de los pensamientos/ que dejó escrito de su puño y letra/ y que entregó a uno de sus secretarios particulares/ el mismo día de su muerte/ para la preparación de un discurso/ que se proponía pronunciar/ en la ceremonia inaugural del templo adventista,/ pone en evidencia/ esa condición inseparable/ de su carácter irretractablemente fiel/a sus sentimientos cardinales./// El pensamiento está concebido así/ y revela que el mismo día de la catástrofe/ ya el grande hombre/tenía un presentimiento trágico de su destino: «Estoy convencido de que todos los cristianos/ tienen las mismas oportunidades/ y los mismos privilegios ante Dios./// Para confirmarlo/ hago referencia a aquella frase de Jesús:/ «Yo soy el Camino,/ La Verdad y la Vida;// el que crea en Mí,/ aunque esté muerto,/ vivirá».////

4.1. El contexto y la memoria del primer párrafo del panegírico se repercute todavía en las frases de la oración fúnebre 4. En la fórmula[gr, tr, pr, r y pr] de hombre, Trujillo, proyecta, estatura y prócer. A renglón seguida, el orador va a suavizar la aspereza de dictador caído con una frase y un título a Nietzsche debido y va solicitar que nos apiademos de sus errores: [r, r, r, r]. mismos, errores, merecen, nuestro respeto. Y nos solicitará que nos apiademos del hombre que no tuvo piedad contra ninguno de sus opositores en nombre del “concepto mesiánico” con que concibió el poder político que ejerció durante más 31 años. Y ese término de “mesiánico” no debió pronunciarlo Balaguer, porque él sabía la implicación de que tiene para los gobernados el que alguien actúe guiado en el Gobierno por una misión mesiánica. Era también una forma del propio Balaguer reiterar su inscripción en esa escuela del trujillismo. El totalirismo que el orador justifica en el caso de Trujillo, lo justificará en los 22 años que gobernó luego de su exilio en marzo de 1962 cuando la oligarquía apoyada en el bastón de los Estados Unidos decide que llegó la hora, huido ya Ramfis a Francia, de reconstruir el frente oligárquico y dirigir el rumbo de las elecciones del 20 diciembre de 1962.

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4.2. El mesianismo, para el que se pide comprensión, es el el mismo que nos exige tolerancia ante su violencia brutal: [sf, sk, kr, r, r, kl, fr, fl,sg, bl, pl, pl,rt, trst], sufrieron, menoscabo, alguno, conflictos, constantemente, conflictos, desgaste, conflictos, desgaste, indispensable, implicaron, pública, participación, últimas, tres. El mesianismo, la división de la sociedad, que Balaguer da por sentado, mientras que para la dictadura toda era una de la familia dominicana en torno a la persona de Trujillo, a la esposa de este y a su hijo Ramfis, estas licencias del pley como la del panegírico no eran admisibles, y por eso el discurso ante las Naciones Unidas, vino a desenmascarar el Presidente títere, pero ya era muy tarde.

5.3. Y, en segundo lugar, el orador interpela el sentimiento religioso de Trujillo, quien dos días antes le entregó una nota a su ayudante para un discurso que pronunciaría en la entrega de un templo evangélico, con lo que Balaguer quiere probar, ante la conferencia de obispos que le ha negado el título de Benefactor de la Iglesia, que el dictador es un hombre religioso. Mal ejemplo elegido, pues la Iglesia por inaugurar no es católica y la frase de Lactancio puesta en boca del hijo de Dios es una comparación de Trujillo con Cristo, y es como si le dijera a la Iglesia, en abierto conflicto con su dictadura, que él posee la verdad y los curas están equivocados. Ni en Balaguer ni en Trujillo, la noción de destino podía faltar. Eran creyentes en este oráculo familiar inventado en el alba de la humanidad. No hay ser humano, por grande o pequeño que sea, que su muerte no sea interpretada como un asunto del destino. Con la ideología del destino, no hay nada que perder. Él es igual a la apuesta de Pascal. Si creo en Dios o el destino, tengo todas las de ganar. Si no creo en Dios y el destino, y por mala muerte para mí existen, tengo todas las de perder. Ergo, si creo en ambos, tengo todas las de ganar, aunque no existan.

§ 5.0. Recuerdo que en una ocasión inolvidable/ me dijo con cierto timbre de emoción en la voz:/ «Yo pienso siempre mucho en los muertos»./// Con el pensamiento puesto en sus hijos,/ solía decir muchas veces:/ «El trabajo/ es lo que más acerca el hombre a Dios»./// Su entusiasmo por las condecoraciones/ y su afición a los títulos/y a todo lo que es pompa teatral/ en las implacables luchas del poder,/ no respondió/ en el fondo/ a un simple sentimiento de vanidad,/ como muchos creyeron,/ sino que fue uno de los recursos/ de que se valió este artista de la política,/ conocedor profundo de la psicología de las masas,// para sugestionar las multitudes/ y para influir sobre la imaginación de los hombres/ con todo el prestigio/ de su fuerte y desconcertante personalidad.///

5.1.Al principio de este párrafo cuarto (contexto y memoria: [rd, dl,tb, pr, mr]: recuerdo, inolvidable, cierto, timbre, timbre, el orador hará otra cabriola, de la cual no hay prueba, sino que es su palabra contra la del dictador en el ataúd lleno de saquitos de piedras, si nos atenemos a la versión del urólogo de Trujillo, Puigbert. Cabriola que consiste en invocar una frase que le dijo el dictador a su Presidente títere: “Yo pienso mucho en los muertos”, frase que no tiene nada de extraño, porque cuando uno se va acercando a la edad provecta, la mayoría de sus amigos y enemigos están muertos, los primeros por vejez, y los segundos asesinados por el propio dictador.

5.2. La frase sobre el trabajo está documentada por el mismo Balaguer en Memorias de un cortesano en la era de Trujillo. La pronunció cuando fue acompañado de Balaguer y otros colaboradores a recibir a Ramfis que regresaba en el yate Angelita a Ciudad Trujillo. Y cuando Ramfis subió a bordo, mal vestido, medio borrado, con la facha de no haber dormido, Trujillo dio la espalda y pronunció la frase; “El trabajo es lo que más acerca al hombre a Dios. «A partir de ese episodio, la desavenencia entre padre e hijo se profundizó más y reportado por Mario ReadVittini, en su libro sobre Trujillo, este autor pone en boca del dictador lo siguiente cuando tomó el micrófono para hablar en la celebración del cumpleaños de su hijo: “Y todavía hay aquí alguien que crea que Ramfis sirve para algo».

5.3. La última oración de este quinto párrafo es un alegado de Balaguer para exonerar de megalomanía, vanidad y narcisismo a Trujillo y concebir su amor por las condecoraciones, los reconocimientos, los títulos y todo lo que es poma del poder. Le achaca estos vicios a la fina psicología del dictador para sugestionar a las masas, porque era un artista de la política. Estos son los tipos de frases que uno encuentra en los cortesanos de los doce césares. Trujillo vivió tan alejado de esas “masas” como vivieron Luis XVI y María Antonieta cuando atravesaron las grandes manifestaciones de los pobres que pedían pan y se extrañaron de que la gente se quejara de que no tenía pan. Trujillo se solazaba desde lo alto de una tarima de levantar el brazo en señal de saludo a medida que pasaban las carrozas o el desfile de mujeres bellas de punto en blanco venidas de todas las provincias del país. Vuelve, cono un ritornelo, el biconsonantismo que es contexto y memoria de la primera frase del panegírico: [st, lt, fl, brrfsk, nt, rs], sugestionar, multitudes, influir, sobre, hombres, prestigio, fuerte y desconcertante personalidad.