Como ratoncitos de laboratorio, que dan vueltas y vueltas dentro de un laberinto que no tiene salida; a veces o casi siempre se encuentra una gran parte de la población dominicana, específicamente el 80% que tiene ingresos igual o menor a los 30,000 pesos. Esos compatriotas que tienen que hacer malabares para sobrevivir, mientras la inflación se come el salario de esa clase esforzada que ayuda a levantar el país, pero antes de recibir su sueldo ya se le ha cobrado algo que se llama impuesto sobre la renta, el cual no se retribuye con ningún servicio público de calidad, por el contrario, lo poco que servía se ha deteriorado en los últimos años. Esos dominicanos los he calificado como los atrapados.
Sin embargo, entre los atrapados hay otro grupo, que a veces pienso que están en una situación más difícil, y son los atrapados que ostentan el poder y pretender retenerlo… ¿pero retener el poder en base a qué? Ellos, los chicos del poder, se encuentran atrapados entre todas las cosas que se inventaron y que tuvieron que decir para llegar a gobernar, y cuando la realidad les dio la bofetada en la cara, sólo miran hacia atrás y dicen que necesitan tiempo… ¿tiempo? Después que dijeron que todo lo resolverían y a casi dos años todos los indicadores de bienestar han caído de manera estrepitosa.
Para mantenerse en el poder es obligatorio tocar la guitarra y también el violín…
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