Los dominicanos, que padecemos desde antes de la Independencia del complejo de la subestimación de lo nuestro, ese terrible mal diagnosticado hace tiempo por ese gran estudioso de la idiosincrasia criolla llamado Antonio Zaglul, no somos conscientes del gran activo nacional que hemos construido paulatina pero progresivamente desde el inicio en 1978 de lo que José Israel Cuello ha llamado la “más larga transición democrática” y que nos ha permitido vivir en un clima de creciente respeto de las libertades públicas, de institucionalidad democrática y de elección popular de las autoridades, cuya prueba fundamental más reciente lo fue, en medio de la pandemia que nos azota, el quinto traspaso de mandos ejecutivos del Gobierno a la oposición desde 1978 a la fecha.
12 febrero, 2021