El diputado Pedro Botello acudió ayer a la sesión del Pleno de la Cámara de Diputados, pero se cubrió la boca con cinta adhesiva sin pronunciar palabras, porque el Consejo de Disciplina de ese órgano legislativo le prohibió representarlo como congresista.
Declaró ayer que sus abogados ultiman los detalles del recurso jerárquico que va a presentar al pleno, para que los diputados decidan si lo acogen o si votan por la sanción disciplinaria que le aplicaron cinco diputados, una de las cuales fue la instructora del proceso que fungió como investigadora y acusadora.
Manifestó que no violó ningún aspecto del reglamento de la Cámara, pero que no hablará en las sesiones porque acatará con humildad lo dispuesto hasta tanto recurra.
“La decisión del Consejo lo que tiene por objetivo es una censura en mi contra, como una especie de pedir perdón al hemiciclo y al país, es el tipo de censura en este caso que establece los procedimientos del reglamento”.