En torno a la «Comedia Electoral, Diario de Campaña de Ex Niña Bien»
Acabo de leer este magistral libro, escrito por la destacada escritora mexicana, Guadalupe Loaeza, un texto más que todo reflexivo y didáctico para aquellos candidatos electorales, los cuales, por diversas causas, y luego de los certámenes en los que suelen participar, sencillamente no aceptan sus “derrotas”.
En el mismo, sobrecargado de una gran sumatoria de optimismo, de la autoría de la ex candidata a Diputada Federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en México, en el 2009, nos dan congruentes pinceladas sobre lo que es una campaña política, sobre todo aquella que se corre con serias desigualdades, y en contra.
Sin embargo, durante toda su lectura, el texto suele preparar al lector, aun con todas las proyecciones de ganar el certamen, para que espere lo peor, es decir, sin sorpresa alguna de que se está ante una narración que no nos cuenta un triunfo en las urnas, pero si en la conciencia de la persona.
El texto más que todo, está escrito para que quienes se aventuren detrás de una posición político-electoral espere lo peor, como finalmente ocurrió con Guadalupe, una derrota plagada de serias e indescifrables cuestionantes, en donde el escenario vivido por la citada dama, es tan parecido al que se vive en muchas de nuestras naciones de las llamadas del tercer mundo.
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Por momentos, el libro convierte al lector en una especie de testigo a la distancia, de todo cuanto allí ocurrió durante el desarrollo de la citada campaña, en donde la notable literata buscaba su espacio dentro de un escenario, que para ella era totalmente desconocido.
La muy aguda escritora, usa un lenguaje coloquial y directo; con frases muy entendibles, lo que en ocasiones favorece un maridaje entre el lector- cómplice y una madura mujer que con resignación e inteligencia política, supo entender cada elemento en su contra.
Cuando en la gran mayoría de los pasados 25 libros políticos analizados, de los 47 leídos durante el transcurso del año 2022, decíamos tanto en este como en otros medios, de que políticamente hablando, nuestros países no poseen esa cultura política de avanzada, lo decía y subrayaba por lo que precisamente la veterana «Ex Niña Bien» argumenta en las 221 páginas del citado texto.
Pues, nos desarrollamos dentro de un pobrísimo sistema político, en donde más que todo, prevalecen profundas lagunas en términos de lo que necesariamente es la política como ciencia.
A pesar de lo avanzado que estamos, según la gran mayoría de los grandes, pequeños o los medianos partidos de los diversos sistemas latinoamericanos, en nuestros países no hay una real y efectiva educación una política, pues si la hubiera, muchos de los que ocupan importantes posiciones tanto en lo congresual, como en lo municipal, y hasta en lo presidencial de nuestras ciudades latinas, no las estuvieran ocupando
Es penoso, pero muy penoso que muchos de los que aspiran a determinadas posiciones político-electorales, no se encuentren mínimamente preparados para el cargo al que aspiran.
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Muchos de estos, y haciendo todo tipo de “truquichamañerias”, además de las cuantiosas fortunas que gastan en una campaña, la cual si nos ponemos a pensar bien y hacemos un balance de los recursos invertidos y lo que se van a ganar como fruto de sus salarios en la posición que buscan, el resultado es muy cuestionable.
Es por ello, que como politólogo y analista de los diversos fenómenos sobre temas políticos-electorales, que me atrevo a plantear que nuestro tercermundismo en estas lides es muy pronunciada, y esto a las diversas cúpulas de las organizaciones que buscan el poder les conviene.
Con una masa sin conocimientos ni conciencia de lo que es el desarrollo de una ciencia tan noble e importante, como lo es la política, esas movedizas masas se pueden (y sin mucho esfuerzo), mover a “control remoto”, por aquellos que creyéndose inteligente, nos llevan a su voluntad hacia el terreno al que quieran.
Es por ello que recomendamos este libro, sobre todo a nuestra clase política, para que entiendan a través de esta lectura, algunas de las intríngulis de un ejercicio que por la falta de la inversión necesaria en la educación de ella misma y la cual está amparada en nuestra ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos (3318), específicamente en los artículos del 34 al 39.