El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, presumió su éxito en el combate a las pandillas en su discurso ante la Asamblea General de ONU, dándole el crédito a la voluntad de su gobierno ante las críticas por violaciones a los derechos humanos.
Dijo que si su país hubiera hecho caso a los críticos externos —incluidos algunos al interior de la ONU—, la pequeña nación centroamericana volvería a ser la capital mundial del homicidio. “Hoy vengo a decirles que ese debate se acabó», declaró.
“Las decisiones que tomamos fueron acertadas. Ya no somos la capital mundial de la muerte, y lo conseguimos en tiempo récord. Hoy, somos un referente de seguridad y nadie lo puede poner en duda. Ahí están los resultados. Son irrefutables”. Más de 72,000 personas han sido arrestadas dentro de un estado de excepción que Bukele solicitó.