Cáncer de mama y obesidad:  Una relación preocupante pero prevenible

Cáncer de mama y obesidad:  Una relación preocupante pero prevenible

Por Dra. Amanda Grullón Hungría MGS -Medico Nutricionista/@dra.amandagrullon

La Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés) define la obesidad como una enfermedad crónica compleja caracterizada por un exceso de grasa corporal pudiendo tener un impacto negativo en la salud. Se asocia con un mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades, incluidas la diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, hipertensión, apnea del sueño, y ciertos tipos de cáncer.

De acuerdo con el Informe Cáncer de mama en las Américas, realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es el tipo de cáncer más común y la segunda causa de muerte por cáncer entre mujeres de las Américas. Cada año se producen en la región más de 462 mil casos nuevos y se registran casi 100 mil muertes por esta enfermedad.

En el caso de República Dominicana, de acuerdo con el Ministerio de Salud, el 35% de los tumores malignos diagnosticados son cáncer de mama y el 70% de las dominicanas detectadas con esta enfermedad empiezan a recibir tratamiento cuando ya la enfermedad está muy avanzada.

Varios estudios muestran una asociación significativamente fuerte entre el aumento del índice de masa corporal (IMC) y una mayor incidencia de cáncer de mama.  Mujeres con cancer de mama que además tienen obesidad y están en etapa posmenopáusica, tienen un mayor riesgo de mortalidad por todas causas,  específicamente por cáncer de mama,  en comparación con las mujeres sin obesidad. 

El exceso de tejido adiposo favorece la producción de estrógenos, genera resistencia a la insulina y promueve la inflamación crónica, lo que contribuye a un ambiente favorable para la aparición y progresión de tumores. Estudios han demostrado que las citocinas inflamatorias y las adipocinas, sustancias liberadas por el tejido graso, pueden acelerar el crecimiento y la invasividad de las células cancerosas. 

Sin embargo, la obesidad es un factor modificable, y adoptar un estilo de vida saludable puede reducir significativamente el riesgo. La actividad física regular y una alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras, son clave para la prevención.

Un estudio reciente realizado en 2024 en Corea del Sur, encontró que un mayor consumo de frutas y verduras, especialmente aquellas de color verde, naranja y blanco, está asociado con un menor riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres con mayor predisposición a esta enfermedad.  Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a articulos@sodonuclim.org y nos puedes encontrar en @sodonuclim.

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