Estimado Señor ministro de Educación, Dr. Roberto Fulcar:

He sido maestra toda mi vida. He dicho y escrito que decidí ser maestra antes de abrir mis ojos al mundo.

Al nacer, sin pensarlo, decidí dedicar mi vida a la educación. De mis 65 años cumplidos, tengo 50 en las aulas.

Comencé a dar clases en la escuela que tenía el Colegio Sagrado Corazón de Jesús en el barrio El Ejido de Santiago, y allí aprendí a amar la enseñanza.

Después fui profesora durante mi formación universitaria en el Colegio Padre Fortín y en el Centro Educativo de Santiago.

Desde hace más de 3 décadas laboro en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, y sigo en las aulas. He enseñado historia toda mi vida. Y desde las aulas, también realizo mis investigaciones.

Le escribo esta carta pública para hacerle un llamado de atención a un hecho peligroso, más que peligroso que ocurre en la educación dominicana.

Este planteamiento lo he escrito varias veces, lo he planteado en conferencias públicas y personalmente en reuniones, se lo dije a dos exministros que le precedieron.

El ministro Navarro me escuchó con atención, pero poco después de la reunión anunció su proyecto político.

Lo sustituyó el ministro Antonio Peña Mirabal, y aprovechando otro encuentro que tuvo con escritores le hice el mismo planteamiento: LA HISTORIA ESTÁ SECUESTRADA. PERMANECE EN UN LABERINTO DIFUSO QUE HAN DENOMINADO CIENCIAS SOCIALES, EN EL QUE SE TRATA DE TODO Y NADA AL MISMO TIEMPO.

No quiero criticar a los colegas que diseñaron el currículo vigente, intentaron dar lo mejor de sí. Pero esa decisión de que todas las ciencias sociales estuvieran bajo un solo, para decirlo de alguna manera, manto, se equivocaron.

Para poder fundamentar con lo que digo, he buscado el currículo vigente en primaria. Lo he vuelto a leer y releer. ¿Y qué encuentro? Una vergonzosa ausencia de la historia. La única referencia que en primaria se hace a la historia es acerca de los símbolos patrios.

Me pregunto: ¿Antes de 1844 no existía la historia del país, ni formábamos parte de un conglomerado que se llamaba colonización española, y que antes de la llegada de Colón y sus secuaces para “descubrirnos” hubo vida, que tenían nombre un desarrollo y se llamaban taínos?

En el primer grado de primaria el currículo de ciencias sociales, para todo el año se basa en tres contenidos:

-Derechos y necesidades de las personas: alimentación, salud, identidad, vivienda, educación, trabajo, recreación.

Deberes y responsabilidades en la familia, escuela y comunidad.
Símbolos patrios: Bandera e Himno Nacional.
Estos son los procedimientos establecidos, a saber:
Reconocimiento y descripción de los principales derechos y necesidades humanos.
Identificación de sus responsabilidades de acuerdo al tiempo y espacio social en que se encuentre. – Escucha y discusión de historias sobre los derechos de niños y niñas. – Representación de sus derechos a través de distintas técnicas (plásticas y drama).
Identificación de los deberes en la familia, escuela y comunidad. – Observación y dibujo de los símbolos patrios: Bandera e Himno.
Utilización de diversas fuentes para explorar eventos relacionados al cumplimiento de deberes y derechos.
He aquí los indicadores de logros establecidos en el currículo
-Identifica las principales necesidades humanas.
Describe sus deberes y derechos en la familia, su escuela y la comunidad.
Colabora con la escuela a través del cumplimiento de sus deberes.
Muestra respeto ante los derechos de los/las demás en su ambiente escolar.
Describe y compara sus responsabilidades de acuerdo al contexto en que se realizan.
Expresa oral y gráficamente los cambios de sus responsabilidades a través del tiempo.
Comparación de sus responsabilidades propias y las de su familia con las de sus compañeros/as.
Identifica y describe situaciones en las que se cumplen o no los derechos y/o deberes.
Reconoce sus símbolos patrios: Bandera e Himno Nacional.
-Practica normas relativas a los símbolos patrios.
Estos son los valores y las actitudes que el currículo rescata que debemos enseñar:
-Valoración y respeto de los símbolos patrios.
Valoración de sus derechos y los de sus compañeros/as.
Cumplimiento de las responsabilidades que contribuyen a los entornos donde se desenvuelve.
Y estas son las competencias que se definen como válidas:
Ubicación en el tiempo y el espacio
Reconoce cómo cambian las relaciones y responsabilidades de las personas de su entorno social cercano de acuerdo a los lugares en que se encuentren y al tiempo.
Utilización crítica de fuentes de información
Utiliza diversas fuentes para determinar la forma adecuada de accionar (cumplimiento de deberes y derechos).
Interacción sociocultural y construcción ciudadana
Se reconoce y actúa como ciudadano, ciudadana con deberes y derechos.
Reconoce y respeta los símbolos patrios.
Nótese que lo único que se destaca y repite hasta la saciedad es el tema de los símbolos patrios.
Para el segundo grado, de historia esto es lo que aparece, pues se hace más énfasis en la geografía:
Sucesos y eventos de la historia familiar y comunitaria.
Eventos históricos esenciales que conforman nuestra identidad.
Padres de la Patria.
Símbolos patrios y sus componentes: la Bandera, el Escudo Nacional, el Himno, y los orígenes de estos. – Derechos Humanos. Deberes y Derechos del Niño y la Niña.
En el tercer grado esto es lo único que encontré que podría parecerse un poco a la historia:
Conceptos de democracia: Libertad, respeto, colaboración.
Derechos y deberes: Familia, entorno social cercano, la República Dominicana.
Las leyes como normas de convivencia.
Señor Ministro, el espacio no me deja terminar. Pero en este primer avance, como puede ver en el currículo de los tres primeros años de primaria: NO SE ENSEÑA HISTORIA.

Entonces: ¿Cómo fortalecer la identidad nacional? ¿solo enseñando los símbolos patrios? ¿por qué no le enseñamos de dónde venimos? Triste es nuestro panorama.

Los pueblos que no conocen su historia, y eso usted lo sabe, están condenados a repetirla. Es una frase manejada por todos.

Pero ¿quién le pone el cascabel al gato? Nuestro país, nuestra historia política está plagada de repeticiones sin fin.

El clientelismo político, el uso del Estado como tesoro pirata, la compra de votos, es evidencia de que repetimos y repetimos los vicios que nuestra propia historia nos ha enseñado.

En la próxima entrega voy a continuar haciendo el análisis.