Cinco años normalizando la corrupción y la incompetencia

Cinco años normalizando la corrupción y la incompetencia

Pronto cumpliremos cinco años del Gobierno del Cambio y si hacemos una reflexión profunda, nos damos cuenta del deterioro social y político en ascenso que hemos experimentado en estos años, gracias a diferentes factores que han contribuido a la desesperanza y el aumento en la falta de confianza.

La lucha contra la corrupción se convirtió en el interés por exponer a algunos corruptos o no, sencillamente como una manera de extorsionar y eliminar del escenario político, pero sin ninguna intención de mejorar el uso  de los recursos públicos, más bien, ignorando el debido proceso para crear un espectáculo público.

Los y las “marchaverdistas”, han terminado normalizando la corrupción y logrando que esta ya no sea sorprendente ni indignante, porque al final, lo que se visibiliza es que no se trata de estar en contra del acto de corrupción, si no, de quien lo encabece, por ende, están fortaleciendo una élite que tiene derecho a reinterpretar la Ley de Compras y Contrataciones, además, de ser absueltos/as ante cualquier acción poco ética o cuestionable.

Nos quedamos anonadados cuando salió a relucir el asunto de las “coimas” o sobornos y pago de comisiones que terminaron incrementando los costos de las obras del Estado para poder cubrir la cadena de “permisos” que exige el Poder Ejecutivo, sin embargo, da pena y vergüenza que hoy día, quienes nos gobiernan, hagan que extrañemos la manera de construir de ODEBRECH, dado a la ineficiencia y baja calidad en la construcción de obras transcendentales como la ampliación del Metro y algunas carreteras principales.

Deben de reconocer que hacer una mala construcción cuando hay experiencia nacional previa, tirar el dinero y exponer a la ciudadanía a infraestructuras pocos seguras y de mala calidad, es también un tipo de CORRUPCIÓN e inconsciencia técnica, con igual derroche irresponsable del uso de los recursos públicos, y con el agravante social de que sería tan tonto de no dudar que no se mueven intereses personales detrás de muchas de estas obras actualmente en proceso.

Cinco años llevamos, en los cuales, se van quedando en carpeta, una tras otras, las preguntas sin respuestas de esta gestión. Los millones en bonos navideños que nadie sabe dónde está su paradero, contratos del alquileres millonarios sin fundamento, la cantidad de droga incautada en Caucedo con procedencia aún desconocida, el desvío de los fondos del 4% para la educación preuniversitaria a Instituciones No Gubernamentales -dígase Organismos supuestamente sin lucros de procedencia internacional y nacional- porque un grupo de millonarios de este país no resisten ver que ese dinero se invierta en la población más vulnerable sin que ellos coman de ese pastel con la cuchara grande, etc..

Lo más interesante que trae este escenario político es que deja claro que todos los temas superfluos que ocuparon la opinión de la gente y las disputas entre amigos y familiares sin lugar a duda funcionaron; porque sirvieron de camino para que se consoliden una serie de políticas imperialistas, elitistas y desiguales.

Pero la corriente actual sigue y sigue; más jevitos e intelectuales corruptos con licencia para hacer lo que se les plazca, mayor interés de la sociedad por políticos que bailen, usen ropa de moda y hagan chistes en las redes.

Y así, otro ciclo empieza.

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