San Juan.- La cineasta puertorriqueña Carmen Oquendo Villar da los toques finales a su nuevo documental, “Diana de Santa Fe”, que presenta la vida de prostitutas transexuales en el área de Los Mártires de la ciudad colombiana de Bogotá.
Oquendo explicó hoy a Efe que el propósito del documental es “proyectar la complejidad de estas personas, que no viven aisladas, sino en su entorno”, en el que Diana Navarro se convierte en agente catalizador de un singular experimento social llamado la “Zona Especial de Servicios de Alto Impacto” (Zesai).
Lo que pretende la Zesai es convertir la prostitución en una profesión y promover la integración social mediante la legalización del trabajo sexual, no en las afueras, sino dentro de un barrio residencial del centro de la capital.
“Lo que queremos lograr es poder brindarle a esta área una mirada nueva, distinta y compleja sobre su entorno”, indicó la directora puertorriqueña, quien lleva diez años trabajando en el proyecto cinematográfico y que se encuentra en su etapa de postproducción. No obstante, la Zesai, que Diana reclama como creación suya, genera controversia entre los residentes de este antiguo barrio de judíos pudientes.
Según Oquendo, Santa Fe se transforma, no solo en un lugar donde los derechos de las trabajadoras sexuales son reconocidos, sino también en un punto migratorio para refugiados empobrecidos, exparamilitares y exguerrilleros de todos los rincones de Colombia.
“La supervivencia aquí depende a menudo del trabajo sexual, legalizado en la zona, y otras actividades ilegales, pero toleradas, como el tráfico de armas, de drogas e, incluso, de personas”, sostuvo la directora de los otros documentales “Camil”, “La aguja” y “Carmelo».
Oquendo, ganadora de la prestigiosa Beca Guggenheim en la categoría de cine en 2010, se ha inclinado a hacer documentales sobre transexuales desde principios de la década pasada mientras estudiaba cine en las prestigiosas universidades de Harvard y NYU, ambas en Estados Unidos.
Tras culminar sus primeros dos documentales relacionados al transexualismo, “Boquita” y “Mizery”, Oquendo fue invitada a Santa Fe para ofrecerle un taller a la Policía local y fuerzas armadas de Colombia sobre prevención de violencia contra la población transexual.
“Las situaciones que encontré fueron mucho más complejas que mis ideas preconcebidas de la Policía y de la misma comunidad transexual”, contó Oquendo sobre el taller, el cual fue documentado en una edición especial sobre la violencia en la publicación Harvard Review Latinoamérica.
Estando en Santa Fe y con el interés de continuar trabajando proyectos cinematográficos sobre el transexualismo, un grupo de residentes le recomendó a Oquendo que conociera a Navarro, líder de las trabajadoras transexuales de la zona. Más adelante, Oquendo fue invitada a filmar en Santa Fe, donde según recordó la cineasta Diana la ayudó “a entender la lógica del lugar y los personajes de sus calles, así como sus historias, dramas e interacciones sociales».
Oquendo indicó que el verdadero nombre de Diana es William, un afrocaribeño natural de la ciudad de Barranquilla a quien su madre abandonó cuando era pequeño y que se veía diferente a los demás niños por su condición sexual. Diana se fue a vivir con su familia paterna, a la que decidió abandonar a los 14 años para comenzar a prostituirse.
“Diana no sólo se autoproclama prostituta, sino que llega a argumentar que la prostitución la humanizó, le permitió ser quien es hoy”, dijo Oquendo sobre la transexual, a quien su trabajo le permitió estudiar Derecho, carrera que no pudo terminar debido a las amenazas de muertes de los paramilitares.
“Mi misión como cineasta ha sido humanizar los rostros diversos de las transexuales en América Latina. Retrato rostros únicos que representan la esencia esquiva y precisa de la vida de alguien, o un pequeño emotivo detalle de ésta”, matizó Oquendo, quien abrió una campaña en indiegogo para costear la postproducción del documental.