A propósito del pasado Día Internacional de Autismo
Dra. Altagracia Paez/ @altagraciapucsd
Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son una serie de trastornos neuropsiquiátricos, llamados “trastornos generalizados del desarrollo” según la clasificación diagnóstica del DSM-IV-TR. La diversidad de manifestaciones clínicas, que pueden presentar, dificulta la detección precoz y como consecuencia se ve retrasado su diagnóstico.
Los síntomas se observan en triada: Interacción social, Comunicación y Falta de flexibilidad en el razonamiento y comportamientos.
Interacción social
Bebés: contacto visual, expresiones y gestos limitados, sordera ‘selectiva’ ya que no suelen reaccionar cuando se les llama por su nombre.
Niños pequeños: falta de interés en ser ayudados, falta de habilidad para iniciar o participar en juegos con otros niños, adultos o en solitario y respuesta inapropiada en las relaciones sociales formales.
Comunicación verbal y no-verbal alteradas.
No usan el lenguaje verbal y/o corporal como comunicación funcional pudiendo existir mutismo en casos más graves. Aun despues de iniciar el desarrollo del lenguaje pueden sufrir una regresión a partir del segundo año y perderlo.
Existe alteración de la capacidad para iniciar o mantener una conversación- ecolalia, confusión de pronombres personales (hablan en segunda o tercera persona), repetición verbal de frases o alrededor de un tema particular y anormalidades de la prosodia. Utilizan un lenguaje estereotipado y repetitivo.
Es común la insistencia exagerada en una misma actividad, rutinas o rituales específicos. Tienen escasa tolerancia a los cambios. Suelen adquirir manerismos motores estereotipados y repetitivos como sacudir o girar las manos o dedos o movimientos complejos de todo el cuerpo.
Respuesta inusual a los estímulos: Percepción selectiva de determinados sonidos que se traduce en no responder a voces humanas o a su propio nombre y en cambio son extremadamente sensibles a ciertos sonidos, incluso considerados suaves para la mayoría. De igual forma ocurre con determinados estímulos visuales, táctiles, de olor o sabor.
Esto se traduce a veces en trastornos de la alimentación por su preferencia o rechazo a determinados sabores o texturas, o rechazo a determinadas prendas de vestir por el color y tacto. A veces disfunción grave de la sensación del dolor que puede enmascarar problemas médicos como fracturas.
Trastornos del comportamiento: A veces muestran dificultad para centrar la atención en determinados temas o actividades que no han sido elegidos por ellos mismos. Algunos suelen ser considerados hiperactivos o con problemas de déficit de atención, llegando incluso a niveles significativos de ansiedad. Otros responden a los cambios o frustraciones con agresividad o autoagresión. Pueden mostrar habilidades especiales en áreas concretas sensoriales, de memoria, cálculo, y otras, que pueden hacer que destaquen en temas como, por ejemplo, música, arte, matemáticas.
Teniendo presente las manifestaciones posibles podremos iniciar un abordaje interdisciplinario a beneficio del niño o niña. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com/@sodonuclim.