Hablar de atención a la diversidad es un gran reto, pues a pesar de que muchos educadores y psicólogos hemos ido creando consciencia al respecto de la diversidad como una manifestación de capacidades diferentes, y de que hemos trabajado para evitar y prevenir la discriminación y promover el trato igualitario a niveles de educación e integración social, aun falta mucho por hacer dentro de las escuelas y a lo interno de los hogares.
Para todos es bien sabido, que aprendemos de las experiencias que vivimos desde el hogar, las escuelas, y el resto de nuestro entorno; además, sabemos que estas experiencias, unidas a nuestras fortalezas y debilidades nos hacen un ser único, inigualable, e irrepetible.
Educar en la diversidad es un concepto, filosofía o ideología de educar desde la justicia, igualdad, equidad, libertad; educar desde las escuelas debe hacer de este concepto una realidad, a través de estrategias de aprendizaje variadas y flexibles dando respuestas a las necesidades de todas las personas, sobre la base del respeto y los derechos humanos.
Educar en la diversidad es formar desde la familia, basados en la aceptación e integración de todas las personas como parte de nuestras vidas, fomentando el respeto a las capacidades de otros, así como a sus individualidades y diferencias entre las circunstancias, pensamientos, creencias e ideologías de otros y las de uno propias.
Desde pequeño es importante enseñar el niño a ver el mundo y las cosas desde diferentes ángulos y perspectivas, así como fomentar en la flexibilidad del pensamiento, de manera que podamos ayudar a crecer personas capaces de tomar en cuenta otras visiones o perspectivas diferentes, a la que uno de manera particular, pueda observar.
Desde el inicio de las vidas de nuestros hijos, debemos educarlos en la empatía; ensenarle el respeto a la diversidad, a ser solidarios, tolerantes y respetuosos, en fin, educarlos desde el amor al prójimo. Esto le permitirá crecer con valores humanos necesarios para vivir en sociedad.
Los seres humanos somos diferentes, por ende, no podemos educar a todos los niños bajo el mismo paradigma; estas diferencias se hacen evidentes o manifiestas a través de detalles como nuestras curiosidades, ilusiones, sueños, creatividad y creencias, las cuales pueden verses mutiladas si intentamos criarlos a todos de la misma manera.
Cuando valoramos la forma de razonar y dialogar de los demás, nos damos la posibilidad de percibir y tomar en cuenta diferentes realidades, no solo las nuestras; esto tiene especial relevancia cuando somos conscientes de que la falta de poder apreciar la visión del otro nos puede llevar a convertirnos en seres intolerantes, exigentes, poco empáticos, con falta de flexibilidad para enfrentar las situaciones de la vida.
Cuando valoramos las individuales, nos damos cuenta que esto es lo que hace la esencia particular de cada persona, y a la vez descubrimos que cada uno aprende de forma distinta, con ritmos, gustos, destrezas, habilidades y potencial diferente.
Educar a un niño tomando en cuenta que debemos enseñarle a aceptar la diversidad, es prepararlo para la vida, con esto ya les estamos ayudando a desarrollar sus capacidades de convivencia y a transformar las diferencias en oportunidades.
Nuestro deber como padres es educar a nuestros hijos conscientes de que en el mundo todos somos diferentes, sobre todo en la escuela que es uno de los primeros entornos en el que el niño debe socializar, es el espacio donde va construir sus primeras reacciones de amistad.
Debemos concientizarlos desde pequeños acerca de que las personas somos diferentes, que en el mundo hay altos, bajos, gordos, rubios, morenos, hay los que saben cantar, los que no, los que son excelentes en matemáticas y otros en deporte, pero que esto no los hace mejores ni peores sino diferentes.
Ayude a su hijo a sentirse cómodo consigo mismo, con una correcta autoestima, motívelo a valorarse como un ser único, que se acepte como es, para que pueda aceptar a los demás como son. Una correcta autoestima lo ayuda a auto valorarse.
Como padres usted debe predicar con el ejemplo, reconocer y respetar las diferencias que hay a lo interno de su propia familia, así como mostrar aceptación a las diferentes capacidades e intereses de los diferentes miembros de su familia.
Debemos enseñarles que, aunque seamos diferentes estamos en la necesidad de comprendernos y apoyarnos, que nunca podemos mostrar hostilidad o aislarnos de las personas por que sean diferentes.
Enséñeles a sus hijos ser amigo y apoyar a los niños con necesidades educativas especiales como dislexia, sordera, hiperactividad entre otras.
Anímelo a llamar o invitar al niño nuevo de la clase, al que se siente solo, que descubra una cualidad buena del niño (pesado de la clase), enseñándole que siempre hay algo bueno en todos.
Fomenta una actitud crítica antes los estereotipos, edúquelo en el respeto de otras culturas y religiones, cultive en ellos la amistad con personas de diferentes culturas, razas etnia y países.
Permítales a sus hijos oír música y leer cuentos de otros países, que pruebe platos diferentes, en fin, muéstrele que existe otra forma de pensar. La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia.