El extinto presidente Joaquín Balaguer hizo memorable la frase “No toquen esa tecla” y entiendo que aludía al piano nacional, refiriéndose a asuntos que nadie, fuera de él y sus acólitos, debía conocer y que se consideraban datos explosivos en algunas mentes ligadas al Estado. Actualmente, con los múltiples casos de corrupción que involucran a recientes gobiernos y sus principales funcionarios, quiero retomar una publicación que hice en abril del año que agoniza y que titulé “Héroes y villanos anónimos” refiriéndome al hecho de que con las capturas que realizan las autoridades de envíos y recibimientos de drogas en nuestro país, nunca se mencionan los nombres de los remitentes y los destinatarios, como ocurrió ahora con las 9 toneladas de cocaína que se encontraron en el puerto multimodal Caucedo.
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Ahora las teclas del piano de los narco-Estados recientes están volando por las redes sociales, porque el piano se rompió debido a que muchos han entendido y aplicado el axioma de que la palabra es más provechosa que el silencio aunque se justifique por discreción, miedo o complicidad.