Todo parece indicar que el consenso a propósito de la propuesta de reducir 53 curules a la Cámara de Diputados contenida en la reforma constitucional sometida al Congreso Nacional por el presidente Luis Abinader es ya un hecho, por lo que solo faltaría que haga el anuncio oficial el presidente de ese órgano Alfredo Pacheco, que ayer tenía previsto reunirse por enésima ocasión con los diputados del PRM para afinar los detalles que aún quedaban pendientes.
Aníbal Díaz, vocero de la bancada perremeísta en la Cámara Baja, informó que los diputados de ese partido acordaron votar por la reducción de solo veinte curules, 33 menos que los que propone la reforma, y que esa será la posición que llevarán al encuentro que se celebraría hoy en el Congreso, a partir de las nueve de la mañana, con el presidente del PRM José Ignacio Paliza.
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Si los diputados oficialistas logran convencer al presidente de su partido y Ministro Administrativo de la Presidencia de que solo se reduzcan 20 curules habrá argumentos para decir que le tumbaron el pulso al presidente Abinader, aunque se utilice la palabra consenso para disfrazar lo que en realidad debió haber sido un arduo y trabajoso proceso de negociación en el que ambas partes han tenido que ceder en sus posiciones, que coger y dejar.
Con el paquete de reformas que tiene en agenda el Gobierno para las que necesitará los votos de todos sus legisladores sería una inconsecuencia, pero también una torpeza, pedirles a sus diputados que se sacrifiquen, que afilen cuchillos para sus gargantas, a cambio de nada, estando en capacidad de convertirse en un ruidoso y molesto obstáculo para la aprobación de la reforma constitucional y las demás reformas que están en la fila. Y como en la política dominicana, donde el clientelismo manda, el que nada tiene para dar nada vale, hay que suponer que de todas maneras hubo que compensar el “sacrificio” de los honorables, lo que de seguro habremos de pagar de nuestros bolsillos.