Diferentes intervenciones viales, especialmente los trabajos de construcción del monorriel, han convertido el tránsito de la ciudad de Santiago en un caos intolerable, que impera casi las 24 horas del día.
Los residentes atribuyen la situación a la falta de señalización y vías de acceso alternas, responsabilidad del Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema de Transporte Masivo de la República Dominicana (Fitram) y la ausencia de los agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett).
Durante los últimos dos años y siete meses ha sido un calvario transitar por las zonas donde se levantan estas obras, manifiestan residentes de la Ciudad Corazón. Otro dolor de cabeza para los conductores son las vías intervenidas por las autoridades municipales y del Ministerio de Obras Públicas, que también generan caos en algunos sectores.
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Últimamente es casi imposible transitar en vehículos de cuatro ruedas por la avenida Yapur Dumit, próximo a La Fuente y el barrio Pekín, la avenida 27 de Febrero, desde Pueblo Nuevo al sector Las Colinas, en la avenida Circunvalación, en las inmediaciones de zona franca, en Cienfuegos, el Estadio Cibao, la avenida Las Carreras, entre otras importantes vías.
Los taponamientos están provocando que salir de casa se convierta en un infierno. Además de las horas que los conductores duran atascados en el interior de sus vehículos, los tapones significan mayor gasto en combustible.
Un recorrido que normalmente se realizaba en quince minutos, ahora resulta más largo y complicado que viajar de Santiago a Santo Domingo.
El presidente de la Confederación Nacional de los Trabajadores del Transporte (CNTT), Juan Marte, narró que en el trayecto del Hospital Presidente Estrella Ureña hasta el centro de la ciudad, tomó una hora y 38 minutos.
“Entendemos que el desastre, el caos, el colapso en tránsito y transporte en el país no resiste un día más. Es una situación que sale muy cara a la ciudadanía y a los transportistas por los gastos en banda de frenos, desgastes de las gomas, costo de combustibles y, sobre todo, la contaminación en las grandes ciudades, que ocasiona enfermedades respiratorias”, explicó el sindicalista.
Marte propuso como una medida impostergable que debería ser tomada en cuenta por las autoridades, y que según él se aplica en México, Bogotá, Chile y otras grandes ciudades, es alternar el número de placa en el transporte público, privado y de carga.
En ese sentido, consideró que esa medida debe ser adoptada en ciudades como el Gran Santo Domingo, Distrito Nacional, San Cristóbal, San Francisco de Macorís, La Vega, Espaillat, Santiago y San Pedro de Macorís, donde se construyen obras como el monorriel, el teleférico y el Metro, así como otras obras viales que obstaculizan el tránsito.
“La idea es que un día transiten los vehículos con placas nones y otro día los pares”, indicó Juan Marte, quien agregó, además, que esa disposición puede ser temporal, hasta que se concluyan los trabajos o permanezcan si las autoridades las consideran viables.
Criticó que en el país el desorden de tránsito y transporte obedece a que hay cerca de once instituciones oficiales ligadas al sector, pero que todas trabajan de manera dispersa y sin un plan definido.
Dijo que el Intrant, órgano rector del sistema de tránsito ha brillado más por los escándalos de negocios y no por hacer el trabajo que el pueblo espera que se realice.