P: ¿Qué son las dietas basadas en alimentos de origen vegetal?
Las dietas basadas en alimentos vegetales, necesariamente no tienen que ser vegetarianas o veganas, sino proporcionar por lo menos el 50% de las proteínas a partir de alimentos de origen vegetal, tales como leguminosas (habichuelas, habas, gandules, lentejas, guisantes, etc), nueces y productos derivados de soya, chía, semillas de ajonjolí, etc, combinados con granos integrales (trigo, arroz, avena, quinoa, maíz, etc) que tienen un bajo índice glucémico (capacidad para aumentar la glucemia).
Estas dietas no están centradas en los nutrimentos ni en la enfermedad, sino en los alimentos y en las preferencias alimentarias de cada paciente.
La leche baja en grasa y los productos lácteos, así como los pescados y mariscos, la carne magra, la carne de aves decorral y los huevos, también pueden ser incluidos en la alimentación si se desea, pero no constituyen la pieza clave de estas dietas, como es el caso de la Dieta Mediterránea (DM) y la Dieta DASH(para reducir la hipertensión); aunque se incluyen, también, las dietas vegetarianas (veganas, lactovegetarianas, ovolactovegetarianas, pescovegetarianas).
Las grasas saludables (instauradas) se obtienen a partir de los aceites de oliva, canola, girasol y cártamo, salmón, sardina, nueces y aguacate.
También contienen una gran variedad de frutas. Estas dietas disminuyen el riesgo de padecer enfermedad cardíaca, hipertensión, síndrome metabólico, diabetes, diverticulosis, hemorroides, ciertos tipos de cáncer (colon, mama y próstata), depresión y síndrome de fragilidad del anciano.
Si se controla el aporte de proteínas, pueden ayudar a prevenir y manejar la enfermedad renal crónica, ya que reducen la absorción de potasio y fósforo debido a su alto contenido de fibras; que, además, mejoran el estreñimiento y controlan el peso corporal, la glucemia, el colesterol y los triglicéridos. ¿Cómo comenzar estas dietas?
1- Consumir dos veces al día vegetales de diversos colores (incluyendo hojas verdes), crudos o al vapor, para preservar su sabor.
2- Pensar en los cárnicos como un adorno, y no como lo más importante de las comidas
3- Almorzar una vez a la semana con ensaladas de garbanzos, lechuga, repollo, granos, aguacate y aceite de oliva.
4- Desayunar con avena, quinoa o cebada, nueces, semillas y frutas.
5- Consumir las frutas como postres.