P: ¿Deben ser suplementadas con hierro todas las mujeres embarazadas?
R: El hierro es indispensable para el crecimiento y desarrollo del feto, pues forma parte de la hemoglobina, cuya función es llevar el oxígeno hacia los tejidos para mantener el metabolismo y la vida celular.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) indica que para prevenir la anemia por déficit de hierro durante el embarazo se debe asegurar una dosis diaria de 30 mg de este nutrimento, a través de la dieta y/o la suplementación oral; recomendando su uso durante la segunda mitad de la gestación, en las mujeres sin antecedentes de deficiencia de hierro y que tengan un nivel de reservas adecuado; pero se debe iniciar la suplementación cuanto antes, en caso contrario.
El National Institute for Health and Care Excellence (NICE) aconseja utilizar suplementos con hierro a partir de la semana 28 de gestación, si los niveles de hemoglobina son inferiores a 10.5 g/dL (NPunto, febrero 2019).
El Ministerio de Sanidad de España, en su Guía para la Prevención de Defectos Congénitos (2014), recomienda suplementar con hierro únicamente a las mujeres que lo necesiten, en base a los niveles de hemoglobina; aunque informa que la calidad de la evidencia disponible sobre la suplementación con hierro oral en el embarazo es baja o muy baja.
La OMS recomienda suplementar a todas las gestantes con 30-60 mg de hierro al día, durante todo el embarazo, comenzando tan pronto como sea posible, para disminuir el riesgo de bajo peso al nacer y anemia materna; pero en aquellos lugares donde la anemia materna constituya un problema de salud pública, la recomendación debe ser de 60 mg/día (WHO, 2012).
En nuestro país, 30% de las mujeres de 18-34 años tienen anemia por falta de hierro.
Para asegurar una ingesta adecuada de hierro se recomienda consumir alimentos ricos en este oligoelemento, como la carne y el pescado.
Algunos granos y ciertas verduras tienen una buena concentración de hierro, aunque su absorción es muy pobre; pero, ésta puede mejorar significativamente combinando esos alimentos con algún cítrico o suplemento de vitamina C.
La suplementación con hierro depende de las reservas corporales, los niveles de hemoglobina y la historia de anemia de la embarazada.