CONSULTORIO DE NUTRICIÓN

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P: ¿Qué se esconde detrás del hígado graso no alcohólico?

R: El hígado graso no alcohólico (HGNA) es la acumulación de grasa (triglicéridos) en más del 5% de sus células (hepatocitos), no relacionada con el consumo de alcohol; y es el estadio inicial de la enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA), la cual puede causar inflamación del hígado o esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y progresar hasta cirrosis hepática y cáncer de hígado (hepatocarcinoma).

La vida sedentaria y exceso de calorías en la dieta están claramente relacionados con HGNA y con el riesgo subsiguiente de EHNA, aunque algunos sustratos alimentarios son más peligrosos que otros (Salvatore, T. Nutrients 2019).

Por ejemplo, la fructosa presente en azúcar, miel y jarabe de maíz alto en fructosa (endulzante de bebidas gaseosas) se convierte en grasa a nivel hepático, produciendo inflamación y fibrosis. La EHGNA, lejos de ser un simple depósito de grasa en el hígado, tiene implicaciones clínicas significativas (Caturano A. Processes 2021):
1- Se asocia con una prevalencia aumentada de los factores de riesgo cardiovascular clásicos (diabetes, obesidad visceral, hipertensión arterial).

2- Aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y aterosclerosis, y la incidencia de eventos cardiovasculares fatales y no fatales, lo cual parece estar relacionado con la gravedad de la fibrosis hepática.

3- La EHGNA afecta al 30-87% de los diabéticos, y aumenta en ellos el riesgo de enfermedad vascular periférica y cerebrovascular, duplicando el riesgo cardiovascular. Los niveles elevados de glucemia causan toxicidad hepática, y existe una correlación entre los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1C) y el contenido de grasa en el hígado.

4- La EHGNA y su gravedad se asocian de forma independiente con un aumento de la mortalidad por todas las causas en ancianos hospitalizados con insuficiencia cardíaca aguda (Valbusa,F. Int. J. Cardiol. 2018).

5- La EHGNA aumenta el riesgo de enfermedad renal crónica en un 40%.
Finalmente, el consumo de 2-3 tazas de café filtrado (sin azúcar añadido), al día parece ejercer un efecto hepatoprotector en pacientes con EHGNA, probablemente debido a los diversos antioxidantes (cafestol y ácido clorogénico) y a la cafeína (Molloy, J.W. Hepatology 2012). Se recomienda controlar la obesidad y consumir pescado azul, nueces, aceite de oliva y de semillas vegetales. ¡Cuida tu hígado!

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