P: ¿Existe alguna relación entre la dieta y la enfermedad inflamatoria intestinal?
R: La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) incluye dos trastornos inflamatorios crónicos: la colitis ulcerosa que afecta el colon y el recto, y la enfermedad de Crohn que normalmente afecta la parte inferior del intestino delgado y/o el intestino grueso.
La EII comienza, generalmente, antes de los 30 años de edad y se presenta en forma de brotes con diarrea, sangrado rectal, dolor abdominal, fatiga y pérdida de peso. Su etiología es multifactorial, incluyendo una susceptibilidad genética del huésped, alteración de la microbiota intestinal y factores ambientales, como la dieta occidental (rica en carne de res, granos refinados, grasas saturadas y alimentos procesados), que altera la microbiota intestinal, daña e inflama la mucosa del intestino, y disminuye la inmunidad (Khalili H y col. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 2018).
1- Las dietas ricas en fibras, que incluyen granos integrales, leguminosas, frutas (guineo, naranja, mango, manzana, etc) y verduras, en especial los vegetales de color oscuro (espinacas, zanahoria y brócoli), mantienen una mayor diversidad de bacterias intestinales, las cuales fermentan las fibras y producen ácido butírico, el combustible preferido del colon, evitando la inflamación (Hsieh MS y col. JFMA 2020).
2- En la dieta occidental (proinflamatoria) la proporción entre ácidos grasos omega-6 (inflamatorios) y omega-3 es muy alta (20-30/1), y aumenta el riesgo de EII; mientras que en la dieta tradicional antiinflamatoria (rica en pescados azules grasosos) la proporción es 1-2/1 (Knight-Sepulveda y col. Gastroenterol Hepatol (N Y) 2015).
3- El exceso de proteínas se asocia con mayor riesgo de EII, mientras que los lácteos podrían reducir el riesgo (Opstelten JL y col. Inflamm Bowel Dis 2016).
4- La dieta baja en hidratos de carbono fermentables (FODMAP), que incluye guineo, fresas, limón, naranja, chinola, brócoli, zanahoria, maíz y espinacas; y excluye alimentos altos en FODMAP (manzana, toronja, mango, soya, te verde, chocolate y leche) mejora los síntomas de la EII (Colombel JF y col. Clin Gastroenterol Hepatol 2019).
5- Las dietas deben ser individualizadas, pues faltan evidencias que apoyen su recomendación rutinaria.