P: ¿Cómo se relaciona la obesidad con la crononutrición?
R: Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad es una epidemia mundial que afecta más a los países en desarrollo y menor nivel socioeconómico; y resulta de la interacción entre factores genéticos y ambientales (Lancet 2017).
El ritmo circadiano (RC) se refiere a los cambios de un organismo en función a un ciclo de 24 horas; y está regulado por relojes biológicos, conocidos como osciladores periféricos, presentes en los diferentes órganos y tejidos, que funcionan sincronizados con un reloj central o de forma autónoma, dependiendo del estímulo y las circunstancias.
La regulación del RC está relacionada estrechamente con la frecuencia y regularidad horaria de las comidas (crononutrición); y esta respuesta puede ser diferente en cada persona (cronotipo diurno o vespertino).
Las personas de cronotipo vespertino consumen más alimentos procesados y ultraprocesados (dulces, bebidas/alimentos azucarados, bebidas alcohólicas, comidas rápidas y chocolate), comparados con los comedores diurnos, quienes desayunan con regularidad y su patrón dietético es más saludable (alimentos frescos y mínimamente procesados, como frutas, verduras, pescado y lácteos).
La falta de sueño, dormir de día, comer en horarios desorganizados o no comer, ver mucha televisión, un viaje largo, trabajar de noche o por turnos puede alterar el RC y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles (obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2) y dificulta el control glucémico (Kant AK, Am J Clin Nutr. 2015).
Las personas que se acuestan y levantan más tarde tienen mayor probabilidad de consumir comida rápida, bebidas cafeinadas, energéticas, azucaradas y alcohol.
La obesidad es mucho más frecuente en aquellas personas que cenan menos de tres horas antes de acostarse y se saltan el desayuno (Watanabe Y. J Rural Med. 2014); y quienes duermen poco (menos de 7 horas al día) tienen niveles bajos de leptina (hormona supresora del apetito) y altos de grelina (hormona estimulante del apetito), causando aumento de peso por una mayor ingesta alimentaria a base de alimentos menos saludables (Sagredo Dumas A, Rev Chil Nutr 2022).