Consultorio de Nutrición: ¿Cuáles son los diferentes tipos de hambre?

Consultorio de Nutrición: ¿Cuáles son los diferentes tipos de hambre?

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Cuáles son los diferentes tipos de hambre?

R: La alimentación es una necesidad primaria o conducta aprendida en el hogar y modificada por el ambiente y la cultura. El hambre física es una señal interna de que nuestras células necesitan energía (calorías) para funcionar adecuadamente. Durante el ayuno el organismo obtiene su energía a partir de sus reservas (glucógeno y grasa corporal) y utiliza la masa muscular para fabricar glucosa para el cerebro y otros órganos. Así, el hambre y la saciedad regulan el consumo de alimentos a fin de preservar la salud.

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Según la pediatra Jan Chozen Bays y la psicoterapeuta Char Wilkins, existen varios tipos de hambre:
1- Hambre visual, cuando la mirada convence al cerebro de que tenemos hambre aunque estemos saciados.
2- Hambre del olfato, cuando ingerimos alimentos en respuesta al olor.
3- Hambre del oído, cuando se come en respuesta al sonido del caldero, el crujido de un alimento o la melodía de una canción.
4- Hambre de la boca que responde al sabor dulce o salado.
5- Hambre del tacto, cuando tocamos un alimento.
6- Hambre del estómago, cuyas señales son el “crujir de las tripas” o el “rugido del estómago”.
7- Hambre celular o corporal, cuyas señales son: irritabilidad, mareo, cansancio, dolor de cabeza, debilidad, etc.
8- Hambre del corazón, mediante la cual ingerimos alimentos para llenar un vacío o necesidad (divorcio, desempleo, estrés, soledad).
9- Hambre mental (sabiduría externa), mediante la cual aprendemos a escoger nuestros alimentos en base a toda la información que nos dice nuestra mente (calorías, grasas, light, azúcar, etc.); pero ésta debe ser contrastada con la información que proviene de nuestros ojos, nariz, estómago, células y corazón (sabiduría interna). Debemos aprender a escuchar la sabiduría del cuerpo y poner en duda lo que nos dice nuestra mente, cuyas señales podrían ser contradictorias, aumentando el riesgo de obesidad, desnutrición y trastornos de la conducta alimentaria.