P: ¿Qué podemos comer en Nochebuena?

R: En esta época la gente festeja el nacimiento del Mesías, redentor de la humanidad, intercambiando regalos, enviando tarjetas de felicitaciones y compartiendo los alimentos con familiares y amigos, para honrar la función social de los alimentos. Sin embargo, los excesos en la comida y la bebida causan intoxicaciones alimentarias, borracheras y descompensación de la diabetes mellitus y afecciones gastrointestinales; se eleva la presión, el azúcar, los triglicéridos, el colesterol y el ácido úrico en sangre, provocando crisis de gota. Las libritas de más hacen de la “pancita arrocera o cervecera” su residencia transitoria o permanente; embadurnan el hígado de manteca, y en el páncreas anuncian el debut de una diabetes dormida, tornan la prediabetes en diabetes o enfurecen la diabetes ya existente. Diciembre anuncia el fin de un año, aunque para muchos, parecería como si fuera el advenimiento o el fin de una hambruna lacerante, o el preludio de una muerte inminente. Y en ese tenor, comen y beben “hasta la amaneca” ¡Craso error! Por cada noche de francachela, mil noches de dolor, que inician con gastritis, náuseas, vómitos, y deshidratación; dolor de cabeza, debilidad y mareos. ¡Qué torpeza! El alcohol es una droga que excita y desinhibe, alegra y enfurece, deprime y entristece. ¡Necio! Al comer, no te llenes por completo; detente en el eslabón seis de la escalinata de la saciedad.

Puede leer: Consultorio de Nutrición: ¿Existe alguna relación entre los lácteos y el cáncer?

Piensa en el burrito sabanero que te lleva hacia Belén, y colorea tu Navidad con más frutas y vegetales; maíz y leguminosas, casabe con aguacate o mantequilla de maní; aceite de oliva, nueces y semillas de cajuil; pescado, pollo o pavo horneado, lomo de cerdo y , ¿por qué no?, un mordisco crujiente de chicharrón, si te place y no hay ninguna oposición. Controla el consumo de pan, arroz navideño y golosinas. Marida tu vino tinto con agua fresca. ¡La ensalada rusa besa tus labios y acaricia tu ombligo; arrulla tus neuronas, hiere tus arterias y muerde tu corazón! Hay más días que longaniza, hermano.