P. Profesor, a propósito de Semana Santa ¿Resistirá el Cachón de la Rubia la avalancha humana que suele ocurrir en estas ocasiones tan especiales?

R. Los manantiales del Cachón de la Rubia, protegidos en el Cinturón Verde de Santo Domingo desde 1993 (Decreto 183-93) y como “Parque Mirador”, desde el 2002 (Decreto 207-02), se ha convertido en el balneario más concurrido de Santo Domingo Este, durante todos los fines de semana y ocasiones especiales como la Semana Santa.

Este pedacito del paraíso, que permaneció abandonado, arrabalizados y convertido en basurero municipal informal por tanto tiempo, actualmente se conserva en buen estado y con unos paisajes extraordinariamente hermosos, dignos de acoger las familias de sus entornos, pero que, al estar ligeramente habilitado para el uso público, atrae la presencia de turistas y citadinos de todo el entorno urbano, tanto del Distrito Nacional como del municipio Santo Domingo Este y toda la Provincia Santo Domingo.

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Inquieta, preocupa y debe ser motivo de atención la avalancha humana que suele darse en Semana Santa y cualquier fin de semana, donde se aprecia a tantos jóvenes, familias, turistas y personas aglomerarse, concentrarse, cubrir y estropear los manantiales (cachones), donde el escenario que resalta ante cualquier observador, es el tumulto de personas tan próximas unas a otras, que prácticamente se ven apiñadas o una encima de otra, copando todos los manantiales, al menos los cinco ojos de agua principales, que se forman previo a su desembocadura del Río Ozama.

El Cachón de la Rubia requiere una urgente intervención, determinando su capacidad de carga, para organizar el uso público y crear las facilidades mínimas para el baño.

Sin embargo, es preciso señalar que lo primero es no dañar la hermosísima arquitectura natural que le caracteriza y que toda intervención con infraestructura requiere del conocimiento del ecosistema imperante…