Pregunta de la lectora: ¿Un psicólogo puede recomendarme que me divorcie?
Respuesta de la terapeuta: La decisión descansa en la persona que busca la ayuda.
La función del terapeuta es acompañar y facilitar que la persona explique con claridad el problema y cuáles son sus expectativas sobre la psicoterapia.
Además, crea un contexto de confianza en el que la persona se sienta cómoda para expresar lo que siente y cómo ha sido el historial de la relación que incluye el noviazgo, su duración y calidad.
Aporta mucho conocer cómo han resuelto situaciones similares en otros momentos y si los cambios se han sostenido en el tiempo.
El psicoterapeuta muestra a la persona, de acuerdo con las informaciones obtenidas su forma de pensar, reaccionar emocionalmente y comportarse, de manera que pueda observarse en la reciprocidad interpersonal.
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Esta observación facilita que la persona comprenda las reacciones, las actitudes y los pensamientos ante las situaciones conflictivas, con el propósito de que considere modificar su repertorio para encarar la situación de manera diferente.
Parte del aporte del psicoterapeuta es contribuir a que la persona se responsabilice con su cambio, es decir, con modificar la forma típica de reaccionar ante la pareja. Ahora bien, si el otro decide no cambiar, entonces elije cuál curso tomar.
El psicoterapeuta toma en consideración el grado de madurez o inmadurez, el tipo de apego y la adaptación a la adversidad. ¿Por qué? Porque la persona tomará sus decisiones en función de estas características, no de las del profesional.
Es clave conocerse a sí misma, la forma de pensar y reaccionar, luego se decide.