Contradicciones que ponen en riesgo la alimentación escolar. Iniciada la cuenta regresiva hacia el año lectivo de la educación pública preuniversitaria, han surgido impugnaciones de pequeñas y medianas empresas a los requisitos fijados por el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE) para seleccionar proveedores de desayunos y almuerzos.
Un tropiezo de última hora que pone en riesgo desde el comienzo el suministro cotidiano de raciones alimenticias a nivel nacional a una población escolar proveniente, en elevada proporción, de familias de escasos recursos.
Sería el comienzo de un fracaso para un programa estatal dirigido a combatir la desnutrición en el estudiantado dominicano, causa eficiente de bajo rendimiento en los aprendizajes y contraria al buen desarrollo tanto físico como intelectual.
El ausentismo escolar, de elevado índice en el país, conecta directamente con el bajo poder adquisitivo de muchos padres; y el suministro gratis de comestibles de calidad, a ser garantizada por autoridades, es un poderoso atractivo para mantener a los estudiantes en sus pupitres.
Las objeciones levantadas por aspirantes a proveer raciones cuyas propuestas no calificaron deben ser objeto de una investigación que sería competencia de la Dirección General de Compras y Contrataciones, órgano que ha ganado la confianza de la ciudadanía y tendría forma de descubrir errores o distorsiones perjudiciales a la mayoría de los concursantes.
El Poder Ejecutivo debe impartir instrucciones para una pronta salida de dudas.