“Un señor muy serio acribillado por siete disparos, y así dicen que la criminalidad ha bajado”, expresó indignado el boguedero Narciso Mejía tras la muerte de Francisco Javier Santiago Polanco, de 51 años, muerto a tiros en una estación de combustibles del Ensanche La Fe.
Mejía, comerciante de una bodega ubicada frente al lugar donde ocurrió el hecho de sangre, dijo que los delincuentes ya no tienen horario para cometer sus delitos, debido que en esa intersección a diario ocurren asaltos. Teme que la violencia llegue a su negocio también.
“Los negociantes tenemos miedo de ser las próximas víctimas, ese derramamiento de sangre ocurrió a plena luz del día, a un señor que estuvo trabajando por más de 20 años. siempre alegre y muy querido por todos los de la zona, una gran pérdida”, manifestó.
Mejía agregó que tras la muerte de Santiago han surgido muchas versiones, incluida la de un atraco. El cuestiona esta última porque cree que en ese caso solo hubiesen asaltado a los bomberos, a quienes estaban presentes y a Santiago. “Los muertos no hablan, si un ladrón quisiese atracarlo como han dicho, hubiesen atracado a uno de los bomberos que sí tienen dinero o las personas que en ese momento se encontraban allí. Su muerte me ha dejado sin una respuesta razonable”, dijo.
Puede leer: Migración deportó a más de 5 mil haitianos en últimos ocho días
Mientras Henry Cabral, comerciante de una tienda de repuestos de vehículos ubicada detrás de donde ocurrió el hecho en el ensanche, alegó que la delincuencia solo le afecta a los pobres y personas de trabajo debido que los últimos 5 meses se han visto obligados a cerrar sus negocios temprano por la ola de delincuencia.
“Hasta que el Gobierno no remenee esa mata van a seguir estas situaciones. Por aquí muchas personas salían a hacer ejercicios en horas de la mañana y han tenido que dejar de hacerlo por los constantes atracos”, se quejó.
En tal sentido, a pocos metros de donde ocurrió el hecho, en la parada de autobuses John F. Kennedy con San Martín, ciudadanos alegaron que la criminalidad ha aumentado más de lo habitual. “Solo los que estamos en la calle sabemos cómo nos arropa la delincuencia, motoristas atracando, en las paradas debemos andar con cuatros ojos para que no nos arrebaten las cosas que con mucho sacrificio hemos obtenido. Es una situación difícil”, dijeron.