De la inflación a la estanflación

De la inflación a la estanflación

Ramón Núñez Ramírez

La humanidad está viviendo momentos inéditos, primero una grave pandemia, aun no superada, que dejo una serie de lastres económicos, entre ellos la inflación, la cual se suponía comenzaría ceder a mediados de este año, sin embargo la invasión de Rusia a Ucrania, más la política China de cero tolerancia al Covid con el confinamiento de ciudades, entre ellas Shangai uno de los principales puertos mundiales, está creando las condiciones para sostener la inflación y provocar una recesión y en el peor de los casos una
estanflación.

La pasada semana el Presidente de la Reserva Federal de Minneapolis, Neel Kashkari, escribió: “si la interrupción de la cadena de suministros no se resuelve rápido la Reserva Federal de los EE.UU podría verse forzada a estimular una recesión”.

Frente a la inflación anualizada, que alcanzó 8.3% en abril y aunque se redujo dos décimas en relación a marzo; por ello Kashkari es preciso: “tal resultado obligaría a la FED a elevar su objetivo para las tasas de fondos federales, actualmente en un rango de 0.75% a 1%, muy por encima del 3% que es el precio en que se cotiza en el mercado de futuros para febrero de 2023”.

En lenguaje llano es necesario para controlar la inflación elevar la tasa de política de la FED por encima del 3% con el objetivo de contraer la demanda para que este alineada con la reducción de bienes.

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Esa política monetaria encarecería el costo del endeudamiento del país, pues si cuando las tasas estaban en casi cero, nuestro bonos soberanos se emitían entre 5.5-6.5%, una tasa de la FED mayor al 3% elevaría la de nuestros bonos a por lo menos 9%, también aumentaría el costo de la deuda variable y obligaría al Banco Central a nuevos incrementos de la tasa de política para evitar la fuga de capitales vía la inversión extranjera en cartera.

Si la política restrictiva de la FED y la caída en la producción provocada por la interrupción de la cadena de suministros genera un estancamiento de esa economía, entonces la RD se afectaría con una reducción de las remesas, zonas francas, turismo y exportaciones.

El peor de los panoramas es una estanflación, y aunque los mercados están al alza y el laboral está prácticamente en pleno empleo, algunos economistas temen ese fenómeno en el cual la economía no crece y persiste el alza de los precios; representa el peor de los escenarios para un Banco Central que necesariamente debe decantarse por el control de la inflación a expensas del crecimiento.

Estados Unidos sufrió una estanflación entre finales de la década de los setentas hasta mediado de los ochentas del siglo pasado; el Presidente Carter nominó a Paul Volcker en la FED en agosto de 1989, precedido por una inflación de 11.8% en 1988, este aumentó la tasa de política hasta 14% y las tasas de interés se dispararon hasta 22%. Volcker derrotó la inflación en dos años, Carter perdió la reelección y América Latina experimentó una crisis de deuda y un retroceso, por las políticas de ajustes del FMI, por eso se le denominó la década perdida.

La política monetaria de EEUU podria ser demoledora para nuestros países.

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