Un telescopio del Observatorio Austral Europeo (ESO) ha descubierto un cuásar que emite las ondas de radio más lejanas conocidas hasta la fecha, un hallazgo que servirá para ayudar a los astrónomos a entender el universo temprano.
Según ha informado este lunes el ESO, es la primera vez que los astrónomos han sido capaces de identificar ondas de radio en un cuásar en una etapa tan temprana de la historia del universo.
El cuásar descubierto -que se encuentra a 13.000 millones de años luz de la Tierra-data de cuando el universo tenía unos 780 millones de años.
Los cuásares son cuerpos celestes muy brillantes alimentados por agujeros negros supermasivos y este, que se ha designado como P172+18, es un tipo de cuásar «radio-intenso», un objeto brillante con potentes chorros que emiten en longitudes de ondas de radio, explica el comunicado.
El cuásar recién descubierto se alimenta gracias a un agujero negro unos 300 millones de veces más masivo que nuestro Sol que está consumiendo gas a una gran velocidad.
«El agujero negro está consumiendo materia muy rápidamente, creciendo en masa a una de las tasas más altas jamás observadas», explica en el comunicado la astrónoma Chiara Mazzucchelli, investigadora «ESO Fellow» en Chile, quien dirigió el descubrimiento junto con Eduardo Bañados, del Instituto Max Planck de Astronomía, en Alemania.
Los astrónomos consideran que estudiar cuásares radio-intensos como el descubierto puede proporcionar información importante sobre cómo crecieron los agujeros negros del universo temprano hasta alcanzar tamaños supermasivos de forma tan rápida tras el Big Bang.
«Me parece muy emocionante descubrir ‘nuevos’ agujeros negros por primera vez y proporcionar una pieza más del puzle para entender el universo primordial, de dónde venimos, y, en última instancia, a nosotros mismos», afirma Mazzucchelli en el comunicado.
Aunque en un primer momento P172 + 18 fue identificado como una fuente de radio, fueron Bañados y Mazzucchelli quienes le asignaron la categoría de cuásar lejano tras observarlo con el Telescopio Magallanes, del Observatorio Las Campanas, en Chile.
«En cuanto obtuvimos los datos, los inspeccionamos a ojo y supimos inmediatamente que habíamos descubierto el cuásar radio-intenso más distante conocido hasta ahora», señala Bañados.
Para continuar con el estudio de este cuerpo celeste y hacerlo en detalle, el equipo utilizó diferentes telescopios -como el X-shooter del ESO, el Very Large Array del Observatorio Nacional de Radio Astronomía o el Telescopio Keck, en Estados Unidos- y consideran que este cuásar radio-intenso podría ser el primero de muchos en ser descubierto, tal vez a distancias cosmológicas aún mayores.
«Este descubrimiento me hace ser optimista y creo, y espero, que el récord de distancia se rompa pronto», concluye Bañados en el comunicado.