Aunque la producción fue lanzada en octubre no se ha presentado en vivo porque Néstor quería hacerlo en RD: este disco es su declaración de amor por nuestro país
Con diez piezas de jazz, en las que repasa los principales ritmos dominicanos, el flautista puertorriqueño Néstor Torres ha declarado su amor por República Dominicana: se trata de “Dominican Suite”, su última producción, que presentará hoy por primera vez en vivo a las 7:00 de la noche en la Plazoleta Duarte del campus de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).
Acompañado por la Big Band de Escuela Internacional de Música Contemporánea (UNPHU), Néstor tocará bajo la dirección del maestro Corey Allen, su cómplice musical en Dominican Suite.
“Corey compone y arregla la música de nuestra colaboración, que se llama Dominican Suite, y que fue lanzada en octubre pero todavía no ha sido presentada en vivo”, explica.
Tras asegurar que quería tocarla por primera vez en vivo en el país, Néstor afirma que Dominican Suite es de aquí porque está compuesta de ritmos criollos.
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Más importante aún, subraya el maestro, Dominican Suite es una carta de amor a la cultura, al pueblo y a la tierra dominicana por parte de un estadounidense (Corey Allen) y de un boricua (Néstor Torres).
En el caso de Allen, apunta riéndose, ya está aplatanado porque “está casado con una dominicana, con Raysa, y ama la tierra; hace años está muy contento en la República Dominicana”.
Hablando sobre su conexión con el país retrocede bastante en el tiempo: a sus cinco años, en su natal Mayagüez, cuando sus tíos le regalaron su primer instrumento musical: ¡una tambora dominicana!
“Tengo una influencia dominicana desde muy temprana edad, (…) antes que una flauta, antes que una batería, antes que ningún otro instrumento musical genuino, el primer instrumento que yo toqué de verdad es una tambora que los tíos compraban en la plaza del Mercado dominicano”, recuerda Néstor sobre aquellos días.
Por entonces era todo un experto en tocar las cazuelas de su casa junto a sus cuatro primos y su gran influencia era su papá, el pianista y vibrafonista Néstor Torres Fernández.
“Entonces todos los primos lo primero que aprendimos a tocar fue el merengue y el apambichao”, sostiene Néstor.
Los ritmos dominicanos han estado latentes en otros momentos de su carrera. Ejemplo de ello son los temas “Biscayne”, que data de 1991; y “Tambora”, que es del 2001 y forma parte del álbum “This Side of Paradise”, con el que ganó el premio Grammy Latino como mejor álbum de música instrumental pop.
una combinación rara
Dominican Suite es una producción muy especial para Néstor porque combina y presenta, en esencia, ritmos dominicanos en un contexto de jazz en el que la voz principal es la flauta. Esto, subraya, es algo fuera de lo común.
“La combinación de flauta con Big Band es rara, yo diría hasta lúdica, y lo que la hace más especial todavía es, precisamente, que estamos tocando un repertorio que incluye salve, mangulina, obviamente el merengue, bolero, bachata, con una elegancia… pero al mismo tiempo es legítimo, es autóctono”.
Cuando habla sobre la elegancia, el músico se refiere a la riqueza musical que presenta en términos de la armonía melódica, de los arreglos, que “en realidad hacen de esta propuesta algo muy, muy especial”, insiste Néstor.
Al hablar sobre el disco, dice que está compuesto por diez temas: “El Merenguero”, “Llévame a la Luna”, “Interludio”, “Hija del Caribe”, “Prelude and Mangulina Azul”, “Cada día” (con interpretación de Pavel Núñez), “Las Mariposas” (cantada por Maridalia Hernández), “Once Upon a Time in Santiago”, “Cada día” (versión instrumental) y “Si tú no bailas conmigo” (con Álvaro Dinzey en la voz y Juan Luis Guerra como compositor de la pista).
Tras el concierto, que tiene como escenario la inauguración del XI Congreso Latinoamericano de Escuelas de Música (CLAEM) y contará con algunos artistas invitados, Néstor y Corey estarán firmando discos compactos a quienes los adquieran allí. La noche será, por tanto, una suite de música y encanto.